Extienden prórroga impositiva a los vinos espumantes

Las bodegas lograron que se extienda por dos años más el pago de impuestos internos a los vinos espumantes de producción nacional.

La presidenta Cristina Kirchner encabezó ayer, en la Casa de Gobierno, un acto en el que se firmó el decreto que extiende el beneficio hasta febrero de 2012.

A la hora de justificar la medida, la Presidenta destacó que las empresas del rubro habían sobrecumplido las metas que se habían impuesto a cambio de la suspensión en la aplicación del gravamen.

En el compromiso original, las bodegas se habían comprometido a invertir un 25% más del monto que dejaría de percibir el Estado en este concepto. Y, de hecho, según los datos aportados por el Poder Ejecutivo, entre 2005 y 2009 las bodegas hicieron inversiones por 464 millones de pesos, lo que significan 210 millones más que lo que habrían tenido que pagar por impuestos internos.

El decreto prorrogado ayer fue firmado originalmente en 2005 por el entonces presidente Néstor Kirchner, con una vigencia inicial de tres años, y había sido prorrogado por primera vez en febrero de 2008.

Por el lado del sector privado, el acuerdo fue rubricado por la entidad Bodegas de Argentina, con la garantía de las empresas Bodegas Chandon, Allied Domecq Argentina, Bodegas y Viñedos Pascual Toso, Bodegas Norton y Robino & Cia.

Durante el acto oficial, la Presidenta también destacó la perfomance exportadora de la industria vitivinícola. "Hubo un notable crecimiento del sector desde 2003, cuando se exportaban 169 millones de dólares, contra los 622 millones en 2008, con un crecimiento del 249 por ciento", dijo.

Caída en exportaciones

En 2009, sobre la base de los números dados a conocer ayer por exportaciones de vino, el país recibió US$ 590 millones, lo que implicaría una baja interanual del 5,1%. "Fue uno de los sectores que menos sufrió la reducción de exportaciones, a pesar de la crisis internacional", destacó la Presidenta.

Además, Cristina Kirchner consideró a la actividad vitivinícola como "un modelo de reconversión" debido a que "convirtió a la producción masiva en una premium, con una de alta exigencia".

"Cuando todos éramos chicos, era muy común que en las casas se consumiera vino de mesa en botella o la clásica damajuana; hablo de clase media normalita. La industria convirtió una producción masiva en una producción premium", agregó. (La Nación)