Gobierno de Brasil relaja metas fiscales pero promete seguir con los recortes

El gobierno de Brasil anunció ayer una drástica reducción de la meta de ahorro fiscal del sector público para este año a 0,15% del Producto Bruto Interno (PBI), contra el 1,13% previsto a inicios de 2015, en función de la caída de ingresos por la crisis económica que atraviesa el país.

Los ministros de Economía, Joaquim Levy, y de Planificación, Nelson Barbosa, comunicaron en rueda de prensa el envío de un proyecto de ley al Congreso con el nuevo objetivo de superávit fiscal primario, que cayó de u$s 20.526 millones a poco más de u$s 2.700 millones, y que estipula que podrá achicarse aún más si el gobierno sufre una reducción mayor de los ingresos extraordinarios previstos.

Levy señaló que la nueva meta fiscal no significará relajar el camino del ajuste, sino que el gobierno “continuará garantizando la disciplina fiscal” y anunció un recorte adicional en los gastos presupuestarios de u$s 2.662 millones, que se suman a los u$s 23.000 millones divulgados en mayo.

Los ministros informaron, además, que esperan una mayor contracción del PBI, que caerá 1,49% en 2015, por encima del 1,2% con el que venía trabajando la administración de la presidenta Dilma Rousseff.

“Estamos recortando los gastos y reduciendo la meta (de superávit) por la caída de ingresos en función del actual escenario económico”, dijo Barbosa, al cierre del mercado accionario, cuyo principal índice bajó 1,08%, su peor nivel en cuatro meses, en un clima de incertidumbre.

Los anuncios confirman la fragilidad que vive la séptima economía mundial pero buscan llevar un mensaje de tranquilidad a los inversores con respecto al empeño de Rousseff en buscar un equilibrio fiscal cueste lo que cueste. En ese sentido, la presidenta vetó recientemente un aumento de 60% otorgado a los empleados judiciales.

Buscando minimizar el impacto de la crisis en el empleo, la presidenta, cuya popularidad cayó a 7,7%, lanzó ayer un conjunto de medidas que permiten a las empresas en dificultades reducir temporalmente la jornada laboral y bajar hasta 30% el salario, que financiará en parte el gobierno.

En la inauguración de una unidad de producción de etanol, Dilma insistió en que Brasil está sentando las bases para “volver a crecer dentro de nuestro potencial”.

Fuente: elcronista.com