INTERNACIONAL
Hollande criticó los recortes anunciados por Peugeot-Citroën
En su primer 14 de julio como presidente, Francois Hollande, imprimió su sello a una jornada simbólica en Francia y en una entrevista televisiva luego del desfile militar para conmemorar la revolución de 1789, el mandatario socialista califico como "inaceptable" el plan de reestructuración de PSA Peugeot Citroën que prevé 8.000 despidos.
"El plan de PSA es inaceptable y será renegociado. Fue un shock, un anuncio brutal para los trabajadores, las ciudades y las empresas que viven del sector automotriz. Pero el Estado no dejará que suceda", dijo el presidente.
"Es un plan inaceptable", afirmó Hollande al retomar la costumbre de todos los presidentes franceses abandonada por su predecesor, el conservador Nicolas Sarkozy, de brindar una entrevista televisiva en directo el día de la fiesta patria.
Y agregó: "es muy fácil decir que el problema es el costo de las cargas laborales y continuar entregando dividendos a los accionistas".
Sin embargo, luego no excluyó una reforma laboral para bajar las cargas laborales a los empleadores "si debe haber una reforma, la haremos pero sobre elementos fiscales que sean justos".
"Debemos hacer un pacto productivo para mejorar la competitividad y estudiaremos bien los costos de trabajo. Ayudaremos a las pymes. Haremos una gran reforma fiscal para que los que más tienen aporten más", manifestó.
En plena crisis económica en la zona euro, la economía gala se encuentra estancada y sus magros niveles de crecimiento la sitúan al borde de la recesión, pero sobre todo la creciente deuda pública (89,3% del PBI) y el desempleo (10,1%) complican el panorama de Hollande, a quien la Corte de cuentas le recomendó recortar 33 mil millones de euros en 2013 para lograr el objetivo de terminar su mandato en 2017 con déficit cero.
El sector automotriz es el primero en transmitir señales inquietantes, el anuncio de la mayor automotriz francesa de que cerrará una fabrica y suprimirá 8.000 empleos en dos años -la cifra se estiraría a 20.000 trabajadores más ligados a PSA-, llevará al gobierno a presentar el 25 de julio un "plan de apoyo" para el sector, según confirmó Hollande.
"Vamos a controlar los gastos, pero hay sectores prioritarios: educación, justicia y seguridad. En otros ministerios habrá que ahorrar y para eso deberemos reformar", explicó Hollande, cuya popularidad dos meses después de su asunción cayó cinco puntos en un mes (56% de imagen positiva).
El mandatario no esquivó ninguna pregunta y buscó responder con claridad y ejemplos ante las consultas de los dos periodistas que dirigieron la emisión especial de la televisión francesa y donde el único anuncio de Hollande fue el de dar a conocer el regreso del ex premier Lionel Jospin a la vida política.
Jospin fue nombrado al frente de la Comisión de moralización de la vida política, que incluirá a representantes de diferentes orientaciones políticas y deberá proponer modalidades para cambiar el sistema de escrutinio, el financiamiento de las campañas y poner fin en 2014 a la acumulación de cargos, dado que en Francia un político puede ser, por ejemplo, al mismo tiempo Ministro, Senador, Diputado europeo y Presidente de Región o Departamento.
En otro orden, el presidente galo dijo tener "una relación franca, equilibrada y respetuosa" con la canciller alemana Angela Merkel. "Tenemos sensibilidades políticas diferentes pero estamos buscando compromisos", explicó.
Uno de los temas más esperados por la prensa francesa, fue la referencia de Hollande a la intromisión de su pareja, la periodista política Valérie Trierweiler, que apoyó públicamente, contradiciendo al Partido Socialista, al rival de Ségolene Royal, ex pareja de Hollande y madre de sus cuatro hijos.
"No volverá a repetirse una situación así. Estoy a favor de una clara distinción entre la vida privada y la vida pública. Ya le dije a mi entorno que acepten escrupulosamente el respeto de este principio", afirmo Hollande.
Previamente a la entrevista, Hollande participó por la mañana junto a la mayoría de los integrantes de su gobierno, del desfile militar sobre la avenida Champs-Elysée para honorar a los ejércitos al servicio de la paz en el mundo, en especial a los cascos azules de la ONU.
Sobre el final de la parada, Hollande rompió el protocolo al salir de su palco en la plaza de la Concorde para interiorizarse sobre el estado de un paracaidista que sufrió un accidente al caer aparatosamente frente a las autoridades.
En su afán por diferenciarse de su predecesor, el mandatario socialista canceló la Garden Party, una fastuosa ceremonia de agasajo a los representantes diplomáticos, militares y diferentes invitados que se realizaba en los jardines del Eliseo después del desfile.
Hollande aseguró que decidió anular la Garden Party por considerar que "es un gasto innecesario" en momentos donde la crisis económica afecta profundamente a los países de la zona euro.
Como cada año, el imponente desfile para conmemorar un nuevo aniversario de la Revolución Francesa de 1789 vuelve a poner en el centro de la escena la política de defensa francesa, un día después de que el ministro de Defensa presentará su Libro Blanco que deberá redefinir las amenazas y las prioridades estratégicas francesas por los próximos 15 años.
Según el Jefe de Estado, "los cambios que se dan en el mundo, como la crisis económica y financiera o las nuevas formas de terrorismo imponen a Francia que redefina su estrategia y las capacidades de su Ejército" y confió que no habrá "recortes oscuros, realizados ciegamente" en el presupuesto del ministerio de Defensa.
Una vez más, Hollande se refirió a la situación en Siria, sobre la que afirmó que "aún es tiempo de encontrar una solución política para evitar la guerra civil" y volvió a exigir la partida del presidente sirio Bashar Al Assad.
También se refirió a la situación en Mali, donde los islamistas dominan gran parte del territorio y marcó un nuevo contrapunto con su predecesor al desmentir una eventual participación militar francesa en el país africano.
"El Ejército francés no será la policía de Africa. En el norte de Mali hay un terrorismo estructural que ocupa el territorio, destruye el patrimonio y pone en peligro la vida de las personas. Pero tienen que ser los africanos quienes organicen la ayuda a Mali. Serán la Unión Africana y la ONU quienes decidan que hacer", expresó.
Fuente: Télam

