Jubilaciones de capitalización y reparto comparadas
Según los números que manejan en el Gobierno, quienes se jubilan por estos días con 30 años de aportes en el sistema de reparto perciben haberes entre 13 y 30% superiores a los jubilados que aportaron los últimos 14 años de su vida laboral a una AFJP. La Administración Nacional de la Seguridad Social elaboró un estudio sobre tres niveles salariales de trabajadores con idénticas situaciones de jubilación. El informe contesta uno de los interrogantes más extendidos a partir de la decisión oficial de estatizar los fondos de las AFJP. ¿Ganan o pierden los afiliados a las AFJP que serán transferidos al sistema público y se les reconocerán sus años de aportes a las cuentas de capitalización como aportados a reparto? La ANSES toma siempre el emplo de un trabajador varón, casado, que aportó durante 30 años, pero en un caso lo hizo puramente al sistema de reparto y en otro fueron 16 años al sistema público y desde 1994 son aportes fueron a una cuenta privada. Los resultados son los siguientes:
Caso 1: Con un salario bruto al momento del retiro de $2.500 ($1.682 en promedio en los últimos diez años), quien aportó siempre a reparto percibirá una jubilación de $1.083, frente a $883 de los jubilados con aportes en los últimos 14 años a una AFJP (ver cuadro). Es decir, que la jubilación estatal pura es 22% mayor. Visto de otro modo, mientras que en reparto la jubilación representa el 43,3% del salario al momento del retiro, en la AFJP sólo llega al 35,3 por ciento. En cualquier caso alejadísimo del evaporado 82 por ciento.
Tanto la jubilación pública como la privada están compuestas por la PBU (Prestación Básica Universal) de $326 y la PC (Prestación Complementaria, que en el sistema privado representa los años aportados a reparto). Y son solventadas por el Estado en ambos haberes. La diferencia es que en reparto se cobra además la PAP (Prestación Anual por Permanencia) mientras que en el sistema privado existe la JO (Jubilación Ordinaria) liquidada por una compañía de seguros como una renta vitalicia.
Caso 2: Salario de $1.500 pesos en bruto al cese ($1.009 en promedio en la última década). La jubilación en reparto arroja hoy $780, contra $670 en capitalización. Como este último haber no alcanza la jubilación mínima ($690), el Estado debe cubrir con $20 la garantía de la mínima, además de pagar la PBU y la PC. Es decir que la jubilación pública es 13% mayor. En este ejemplo, la jubilación estatal representa el 52% del último salario y la privada el 46 por ciento.
Caso 3: Sueldo bruto de $5.000 al momento del retiro ($3.364 en promedio en los últimos 10 años).
El asalariado que aportó 30 años al Estado percibe un haber de $1.840, casi un 30% más que a través de una AFJP ($1.416 pesos). El jubilado por reparto percibe así 36,8% de su último salario y el afiliado a una AFJP, 28,3 por ciento.
El abogado Horacio González, especialista en temas de seguridad social, coincidió en que, en todos los casos, será mejor la jubilación estatal que la privada. “No tengo dudas que siempre va a ser superior la de reparto, no sólo por el monto sino porque además habrá certidumbre respecto de lo que se cobra, mientras que el sistema privado está sujeto a la suerte de las inversiones”, opinó.
La ventaja del sistema público radica en que a partir de la reforma previsional del año pasado el Gobierno casi duplicó uno de los ítems de los haberes (la Prestación Anual por Permanencia, que pasó de 0,85% a 1,5% del salario promedio de los últimos diez años –actualizado por un índice– multiplicado por los años años aportados). Además, el aporte legal al régimen de AFJP sufrió un recorte (del 11 al 5%) desde 2001, por iniciativa de Domingo Cavallo, y quedaron disminuidos por comisiones que llegaron a representar –antes de ser reguladas en los últimos años– la mitad de los fondos girados por el trabajador. (CRÍTICA DIGITAL)