COMERCIO

La Cámara Argentina de Comercio reeligió a Carlos De la Vega en la presidencia de la entidad

La Cámara Argentina de Comercio reeligió a Carlos De la Vega en la presidencia de la entidad que reúne a los comerciantes más poderosos del país. La decisión fue unánime y sin confrontaciones y generó alivio en el Gobierno nacional debido a que mantiene un vínculo de “respeto” con el líder mercantil.

“Trabajaremos para seguir enalteciendo a la Cámara y defendiendo los intereses de los comercios y servicios”, afirmó De la Vega, en declaraciones a BAE Negocios. La novedad de la integración de la mesa chica de la CAC es la reintegración del poderoso Alfredo Coto, dueño del la cadena de hipermercados nacional más importante.

El retorno tiene varias interpretaciones. En la formalidad, el empresario supermercadista decidió volver a ejercer la actividad gremial-empresaria luego de haber esgrimido problemas de tiempo para ejercer un cargo en el círculo de decisiones dentro de la CAC en la anterior renovación de autoridades.

Aunque el regreso se generó justo cuando el sector alimenticio está en el centro de la escena en el marco del programa Precios Cuidados y el debate por los formadores de precios y la inflación.

De la Vega es un dirigente-empresario de perfil alto pero que evita confrontaciones mediáticas. Generalmente presenta sus reclamos por vías formales y busca bajarse de los espacios de representación empresarial con alta conflictividad con el Gobierno.

Desde Casa de Gobierno miran con atención el desempeño de las entidades empresarias en medio de un año con alta actividad económica. En estas semanas y por algunos días más, la Unión Industrial Argentina (UIA) fue eje de los debates por los reclamos industriales sobre la competitividad.

En el encuentro con los empresarios que mantuvo a principios de semana el ministro Axel Kicillof, sobrevoló el reproche por los aumentos de precios. Como respuesta, la UIA llevó un informe en donde intentó demostrar que los mayores incrementos se registraron en el sector de distribución de las cadenas de valor.

La CAC y a UIA son dos de las entidades de mayor peso en el Grupo de los Seis (G-6), un espacio empresario que naufragó durante 2013 pero que logró desactivar el Foro de Convergencia Empresaria, nacida a fin de año y diluida en sus intentos durante este año.

Fuentes empresarias señalaron a este diario que los hombres de negocios utilizarán el G-6 para institucionalizar las relaciones entre las entidades más poderosas del país y la administración central, en el medio de un año en donde se proyecta una caída de la actividad.

El objetivo de las representaciones empresarias es mantener un “diálogo constructivo” con el Gobierno. La necesidad es “sostener un modelo industrialista y con alto consumo” para mostrarle a los sucesores de Cristina Fernández en la Presidencia las bases fundamentales del próximo Gobierno. De hecho, fue la explicitación que el G-6 le hizo a Hermes Binner de Unen, el primero de los presidenciables que pasó por la mesa económica más influyente del país.

Críticas de la FIESP a las trabas de la Argentina

Empresarios brasileños salieron a criticar ayer a las trabas aduaneras impuestas por el Gobierno argentino como las responsables de la caída del comercio bilateral con el gigante sudamericano y mostraron su escepticismo sobre soluciones en el corto plazo.

Rubens Barbosa, presidente del Consejo Superior de Comercio Exterior de la poderosa Federación de Industrias de San Pablo (FIESP), indicó que el comercio bilateral cayó en una “situación compleja” por las política restrictiva de Buenos Aires en relación a sus socios.

“Yo entiendo las dificultades cambiarias (en Buenos Aires), por eso estamos haciendo esfuerzos para seguir aumentando el intercambio bilateral para contribuir a que Argentina venza esta etapa, pero las restricciones que son puestas, las trabas, están propiciando un desvío de comercio Es una situación compleja”, dijo en declaraciones a radio Belgrano AM 950.

El ministro de Economía, Axel Kicillof, se reunió el martes último en Brasilia con el ministro de Industria Mauro Borges , que responde a Dilma Rousseff con quienes alcanzó un preacuerdo para equilibrar la balanza comercial, aunque volverá a encontrarse la semana que viene para avanzar.

Fuente: BAE