COMERCIO EXTERIOR
La mayor exportación sigue siendo de commodities
Si bien hoy el modelo agroexportador de la Argentina ha dejado de ser completamente de materias primas, sigue representando un volumen importante frente a los alimentos procesados. Esta es la única forma no sólo de mejorar el ingreso de divisas sino también de generar mayor mano de obra que permita el crecimiento de los pueblos del interior.
Días atrás se generó una vez más el debate sobre qué hacer con los derechos de exportación. Los ruralistas volvieron a pedir su eliminación, mientras que el Gobierno insistió en que dicho mecanismo evita el impacto de los precios externos sobre la canasta básica de alimentos.
Pero “la mejor manera de disminuir el impacto de las retenciones es agregando valor a la producción o diferenciando los productos”. De esta manera, el ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, dejó en claro que el camino es producir alimentos y no commodities.
Hoy los productos con mayor valor agregado son los que poseen un menor porcentaje de retenciones, dado que mientras el trigo tiene un 23%, la harina el 13% y los productos panificados el 5 por ciento.
Pero la forma más contundente de ver el crecimiento de las materias primas es a través de las exportaciones, material que difunde el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) mes a mes.
Según los últimos datos finales de 2012, los complejos exportadores de mayor relevancia fueron: soja (porotos, aceites, pellets, harinas y tortas), automotor (vehículos, automóviles y autopartes), petróleo y gas (petróleo crudo, gas y aceites de petróleo), maicero (granos, harinas y aceites), oro (mineral de oro en bruto, semielaborados y en polvo), entre otros.
En ningún lugar el mismo contiene alimentos con valor agregado como pueden ser la harina de trigo, leche en polvo, vinos, conservas de frutas, etc. Y, por el contrario, es liderado por porotos de soja, maíz, trigo, peras, manzanas y demás commodities.
A la hora de observar los ingresos, es de esperar que las manufacturas de origen agropecuario (MOA) están sobre los primarios.
Estos últimos alcanzaron en 2012 los u$s20.341 millones contra 28.268 millones de los procesados. La diferencia se debe a que el precio que se paga por el producto con valor es mucho más alta. Es ahí donde radica la mejora y hacia ahí a donde se debería apuntar. En pocas palabras, aumentar su volumen permitirá un aumento en las divisas. Los commodities llevan la delantera.
Pocos mercados
Según un informe de coyuntura regional elaborado por la Secretaría de Política Económica, entre 2003 y 2010 se ganaron casi 9.200 mercados de destino, aunque se perdieron otros 5.900, con lo que en forma neta se ganaron casi 3.300 combinaciones producto-destino, sobre 15.800 existentes hace ocho años. Los nuevos mercados aportaron u$s2.000 millones, esto es alrededor del 10% del crecimiento total de las ventas externas en ambos períodos.
Del total, sólo el 20% corresponde a las MOA, en donde sobresalen las ventas de commodities que, a pesar de representar una importancia menor en lo referido a la cantidad de mercados abiertos, explican más de la cuarta parte del valor generado por el proceso de diversificación de destinos de las exportaciones.
La diferencia en la relevancia que muestra es su importancia cuando se analiza la dimensión de valor y número de mercados, esto refleja en buena medida las especificidades productivas de las materias primas, que por su alto grado de homogeneidad no requieren períodos de prueba y permiten, aun en el caso de las primeras compras, montos y cantidades de venta más importantes.
Empleo
Un análisis realizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que se titula “Mapa de cadenas agroalimentarias de la Argentina”, consigna que el complejo de las treinta y un principales cadenas agroalimentarias argentinas desde la producción primaria hasta llegar al consumidor (insumos, mano de obra, transporte y procesos industriales) generan u$s27.500 millones de exportación (48% del total nacional), pero solamente 1.877.471 puestos de trabajo, lo cual representa solamente el 11% de la población económicamente activa.
La agroindustria no sólo permitirá agregar valor sino también tendrá como objetivo generar nuevos puestos de trabajo al conseguir que la sumatoria de ganancias permita también que crezcan los pueblos del interior donde se desarrolla la producción.
Pero para llegar a esto será necesario establecer políticas a largo plazo que permitan que el campo y la industria se unan.
EJEMPLO A SEGUIR
El maíz que se produce actualmente en el país es en promedio de 511 kilos/habitante/año, mientras que en los Estados Unidos es de 998 kilos/habitante/año. Es decir que el país del Norte duplica a la Argentina en la relación per cápita.
Hoy en día el cereal se exporta en un 67% como grano. Mientras que los EE.UU. envían solamente el 16% como commodity, el resto (nada menos que 277 millones de toneladas) lo industrializan (110 millones distribuidos en etanol, bioplásticos, bioproductos y otros productos de la molienda seca y húmeda).
Un estudio elaborado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) con sede en Manfredi señaló que el 75% del valor exportado por el complejo agroindustrial local está basado en commodities, donde el 51% está determinado por la soja.
Fuente: BAE