La suba de tasas y el menor gasto en obra pública encienden alarmas en la construcción

La corrida cambiaria de la semana pasada que el Banco Central resolvió frenar mediante una dura suba de tasas encendió luces de alarma entre los empresarios del sector de la construcción, que ya advierten que habrá menos fondos disponibles para actividades productivas, a lo que se le suma el recorte en los gastos en obra pública para cumplir con los objetivos fiscales de este año.

En el sector comentan que la disparada en el dólar que siguió al cambio de metas de inflación en diciembre pasado y la volatilidad del mercado externo e interno asestaron un golpe fuerte al ánimo de quienes estaban en proceso de compra de un inmueble.

"Es una transacción con un componente emocional y este cóctel genera incertidumbre. El negocio inmobiliario se pone inquieto cuando el dólar está inestable", se lamentaba un hombre del sector privado en diálogo con BAE Negocios. "Esto se va a notar más en los próximos meses", vaticinaba la fuente consultada.

Lo cierto es que la construcción fue el motor de la recuperación de la economía en 2017, con un crecimiento del 12,7% explicado en parte por la baja base de comparación que había dejado el primer año de gestión de Mauricio Macri. El clásico empuje de la obra pública en los años electorales y el boom del crédito hipotecario, que avanzó 50%, fueron las claves para el repunte del sector.

Pero esa dinámica ya muestra signos de haber empezado a atenuarse a partir de marzo. Es que de acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la construcción subió 8,3% en marzo en relación al mismo mes del año pasado, la mitad de la tasa a la que se venía expandiendo, y perdiendo 2,5% respecto a diciembre.

El problema es que la suba del dólar encareció los inmuebles en su cotización en pesos y los bancos aplicaron subas en las tasas de los préstamos, haciéndolos más restrictivos, por lo que difícilmente puedan mantener en los próximos meses el alza de más de 90% interanual que tuvieron en marzo.

Según la consultora LCG, el sector crecería 9% este año pero "podría mostrar cierta ralentización vinculada a la incertidumbre cambiaria, a la revalorización en dólares de los inmuebles y al encarecimiento de los préstamos UVA, que hoy acaparan casi la totalidad de los nuevos préstamos inmobiliarios".

Por su parte, un informe de Ecolatina planteó que "la reciente suba de 300 puntos básicos en la tasa de referencia de la autoridad monetaria encarecería a los préstamos".

"Con esta decisión se absorbe plata del mercado y va a ser a costa de la actividad productiva e inmobiliaria", cuestionaron fuentes del sector.

La obra pública, en baja

LCG estimó que el gasto en obra pública bajó 45% en marzo y finalizó el primer trimestre con un retroceso de 38%. El presupuesto para 2018 es 17% menor al del año pasado en términos nominales, pero en el Gobierno niegan que se haya afectado al sector con esta decisión.

"Generalmente se pagaba mucha deuda flotante con proveedores al iniciar el año y como esta vez no había tanta, cayeron los gastos de capital", justificaron en el Palacio de Hacienda. En tanto, en Vialidad nacional señalan que se están usando los fondos recaudados con el impuesto al gasoil que van a parar al fideicomiso Sisvial, que anteriormente se usaban para otras partidas. Y que esto permite mantener la obra pública en marcha pese al ajuste.

No obstante, el fantasma de un freno está presente y en el sector privado dicen que ya están viendo una "menor actividad".

La apuesta del Gobierno es compensar el recorte con la inversión proveniente de los contratos de Participación Público Privada (PPP), que tuvieron su debut la semana pasada con la licitación de seis corredores viales.

Sin embargo, el mecanismo de financiamiento para las empresas es complejo, se encareció con la suba de la tasa en Estados Unidos y no les será tan fácil conseguir el dinero para poder iniciar las obras, que quedarán para el segundo semestre.

Fuente: Diario BAE