Las pymes argentinas se animan a instalar sus fábricas en Brasil

Hablan perfecto portugués, pasan buena parte del año en Brasil y se entusiasman con el Mundial del 2014 y lo Juegos Olímpicos de Río del 2016. Son pequeños y medianos empresarios argentinos que juegan en la liga mayor de la región, abriendo filiales o asociándose con empresarios locales.

“La inversión de capitales argentinos en Brasil viene creciendo: si a principios de la década se ubicaba en los US$ 50 millones al año, hoy está en torno a los US$ 125 millones”, dice Ricardo Rozemberg, economista del Centro Ideas, de la UNSAM (Universidad Nacional de San Martín). Para el especialista, este mercado aparece como “un campo de prueba para las pymes de capital nacional en su estrategia de internacionalización”.

Fuentes del Sebrae (Servicio Brasileño de Apoyo a las Micro y Pequeñas empresas) confiaron que varias decenas de pymes argentinas desembarcaron en la última década en Brasil, usando principalmente como puerto de entrada las ferias y exposiciones comerciales.

“Las ferias industriales, sobre todo las temáticas, son instrumentos muy dinámicos. Participar en estos eventos es una manera efectiva de hacer contactos, estudiar el mercado, conocer el “modus operandi” de los actores y el marco jurídico del país anfitrión”, afirma Alfredo Zilberstein, titular de Conseil Ferias Internacionales.

Daniel Oblan, director de O4, firma santafesina dedicada a la fabricación de mecanismos de filtrado para motores, se instaló en Porto Alegre hace varios años, donde es tratada como una empresa brasileña. De hecho, en los próximos meses, Oblan y sus socios inauguran Cedro Azul Brasil, filial de la homónima argentina fabricante de alimentos gourmet. “Apenas estuvimos radicados pudimos acceder a créditos blandos y a los mecanismos de apoyo del SEBRAE, en cuestiones técnicas y de desarrollos de mercado”, dice Oblan.

“La expansión productiva de Brasil tiene múltiples apoyos. Y aun con un tipo de cambio notoriamente desfavorable pudo crecer y guarda como una carta en la manga la devaluación de su moneda”, señala Pablo Besmedrisnik, economista jefe de Fundación Crear.

David Ripert, titular de Otto Ish, de Las Parejas, fabricante de balizas con dispositivos Leds, abrió hace unos años en San Antonio da Patrulha la firma Otto Peças y hoy encara un cambio estructural en el negocio. “Hace cuatro años, mientras participaba de Mercopar en Caxias do Sul, me di cuenta de que si no me radicaba me iba a resultar mucho más difícil vender en ese mercado, porque si al brasileño no se le garantiza el mantenimiento, no compra. Hasta ahora, la empresa viene operando como ensambladora, pero en los próximos meses empezaremos a producir: el tipo de cambio y los costos laborales de ambos países me llevan a ello”.

Según Ricardo Shiffini Dellaméa, economista de Sebrae PR (Paraná), más allá de las razones coyunturales, como la paridad cambiaria, la mejor forma de sacarle el jugo a la incursión de las empresas extranjeras es estableciendo una parcería (sociedad) con pares brasileños. “Al tener un socio se reduce la curva de aprendizaje y se requiere menos inversión. Y se facilita el agregado de valor de las actividades de posventa, servicio, logística, factores que exigen contar con estructuras locales especializadas para no perder competitividad”.

Gustavo Mariasis, dueño de la fábrica de empanadas La Porteña, con una cadena de distribución mayorista de 60 clientes en Brasilia, cree que las diferencias con la Argentina pasan por la transparencia y los sistemas de operación crediticia, que facilitan la demanda mayorista a través de la utilización del cheque.

“Se nota una conciencia de no evadir a pesar de las altas tasas impositivas, que exigen ser muy prolijo en los costos”, dice Gerardo Pérez, gerente ejecutivo de la cordobesa Intersys SRL, fabricante de equipos para la impresión de fechas de envasado y vencimiento, instalado en la capital brasileña en octubre pasado.

Pero al parecer, el mal trago tributario –la presión fiscal es del 37% del PBI, diez puntos más que en la Argentina– se diluye con las condiciones de acceso al financiamiento. “Se consiguen líneas de crédito para todo: adelanto para capital de giro, anticipación de valores a recibir, para compra de maquinarias, automóviles utilitarios, etc. Con buenos avales se obtienen créditos para producción a tasas del 1,5%”, dice Mariasis. “La garantía de los bancos es la facturación, pero para eso es necesario estar al día con el fisco, porque para darte un crédito se fijan cuanto tributás”, apunta David Ripert

Con todo, la avanzada pyme en territorio brasileño tiene su ‘talón de Aquiles’. “No es fácil encontrar técnicos formados”, dice Oblan. “Estoy buscando tanto profesionales de gastronomía como inversores en Buenos Aires, para que me acompañen en el proyecto de extender el negocio al resto del país”, afirma Mariasis.

(iEco)