Las ventas de las pymes cerraron noviembre con su séptima caída interanual consecutiva
Las ventas minoristas de las pequeñas y medianas empresas (pymes) reiteraron en noviembre el mal desempeño de los últimos meses, con una caída interanual del 4,1% que llegó al 9,1% en la comparación desestacionalizada frente a octubre.
De acuerdo con el informe difundido hoy por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa ( CAME), se registraron siete caídas interanuales consecutivas desde mayo, si bien por el buen desempeño del primer cuatrimestre las ventas acumulan un incremento interanual del 3,4%.
Mal presente, buen futuro Pese al mal desempeño del último tramo del año, CAME puso de relieve como “dato distintivo” al “desacople entre la coyuntura actual y las expectativas”, ya que la mayor parte de los empresarios consultados tiene una opinión favorable en cuanto al desempeño de su actividad en 2026.
“El sector comercial sostiene una proyección optimista para el próximo año, apostando a un reordenamiento de las variables que permita reactivar la demanda interna”, indicó, el base al relevamiento que comprobó que para el año próximo “el 48,6% proyecta un escenario de mejora, mientras que el 43,7% estima que la situación se mantendrá invariable y sólo el 7,7% anticipa una evolución negativa”.
No obstante, respecto al clima de inversión, “el 60,1% evalúa el contexto actual como desfavorable para realizar desembolsos de capital, frente a un 14,6% que lo considera oportuno y un 25,2% que no definió una postura”.
El desempeño por sector Seis de los siete rubros relevados presentaron retracciones en su comparación con noviembre de 2024, siendo los descensos más agudos los de Perfumería (-17%), Bazar y decoración (-9,7%) y Alimentos y bebidas (-5,9%), mientras el único sector con un crecimiento interanual fue Farmacia, con una suba del 1,8%.
“El cierre de noviembre consolida un escenario de consumo dual, donde la restricción presupuestaria y el agotamiento de los límites de financiación profundizaron la brecha entre la demanda de bienes esenciales y los consumos postergables”, evaluó la entidad.
Asimismo, sostuvo que “la actividad operó bajo una lógica de transición, caracterizada por una fuerte cautela operativa que frenó las decisiones de inversión en el corto plazo ante la incertidumbre de los costos y la competencia”.
Fuente: Diario BAE

