POLÍTICA ECONÓMICA

"Los microcréditos forman un sistema paralelo a la economía formal"

La Ley 26.117, impulsada por Alicia Kirchner, ya se tradujo en 165 mil nuevas unidades productivas.

Mirea Arcani, vecina de la Villa 3 en Villa Soldati tiene un deseo: quiere capacitar a chicos de la calle en el emprendimiento que comenzó hace cinco años. Ella se dedica al aparado, esto es la unión de piezas de calzados como botas, zapatillas y zapatos para niños.

Mirea es una de los 247 mil beneficiarios, tomadores de los microcréditos que nacieron tras la sanción de la Ley 26.117 impulsada por la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Alicia Kirchner. Cuando comenzó, eran dos personas trabajando. Le fue bien, pudo cumplir, y sacó otro microcrédito. Ya va por el tercero y también pudo incorporar tres personas más.

“Se entregaron ya 250 mil microcréditos. Pero cuidado, no se trata de mantener la pobreza. Todo lo contrario. Lo hacemos para profundizar el modelo. Estos créditos tienen una dinámica con vida propia. Se multiplican. Realmente es un sistema revolucionario”, explica Alberto Gandulfo, coordinador de la Comisión Nacional del Programa de Promoción del Microcrédito para el Desarrollo de la Economía Social de la Argentina. “Es probable que, aunque el sistema ya tenga varios años, no sea conocido por todos. Se trata de un sistema paralelo a la economía formal, en el que emprendedores trabajan con apoyo financiero y capacitación técnica del Ministerio de Desarrollo Social. A través de la iniciativa se recuperaron más de un millón de puestos de trabajo en los últimos años y lo más importante es que se han planteado nuevas formas de producir, de distribuir, de intercambiar y hasta de consumir.”

La cuestión es simple: se trata de un sistema de fondos públicos, que provienen del Estado, administrados por organizaciones sociales. Existen los llamados “Bancos Populares de la Buena Fe” que son articulados a través de la Comisión Nacional de Microcréditos de Desarrollo Social. Los microcréditos se destinan a emprendimientos productivos, comerciales o de servicios con escaso capital. Tienen prioridad aquellos que promueven el trabajo asociativo o familiar, en el marco de la Economía Social. Con un interés del 6% anual, los emprendedores asociados pueden acceder a créditos de hasta $ 22.080 y los montos se otorgan de acuerdo al tipo y la dimensión del emprendimiento, y al cumplimiento de devolución de los préstamos basados en la “garantía solidaria”, a través de la cual si uno de los emprendedores no devuelve su parte, el emprendimiento no podrá acceder a más créditos.

Hoy, el microcrédito tiene una efectividad de devolución del 93% y ya se trabaja con cooperativas, asociaciones civiles y fundaciones de todo el país que llevan adelante el sistema de los “Banquitos”. “La particularidad que tiene el sistema es que introduce una nueva herramienta de trabajo: la “garantía solidaria”. Con más de 1600 organizaciones trabajando en el territorio, llegamos a la puna jujeña, a Cuyo, a Misiones, a las localidades más vulnerables de la provincia de Buenos Aires”, señala Gandulfo.

Características

250 mil son los microcréditos que se entregaron. El último a Soledad Soto, productora rionegrina del Mercado de la Estepa, que agrupa a 250 familias emprendedoras de localidades de Río Negro.

Los beneficiarios son 247 mil trabajadores de la Economía Social que pertenecen a 165 mil unidades productivas diferentes.

El 74% de los tomadores de crédito son mujeres y cerca del 38% son personas menores de 35 años.

El índice de recupero de los préstamos es del 92 por ciento. Es escaso el incumplimiento.

5820 promotores brindan acompañamiento, asistencia técnica y vinculación territorial.

La inversión presupuestaria del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación es de 525 millones de pesos, desde que comenzó el programa hace seis años. Los préstamos que se otorgan no pueden superar los 12 salarios mínimos, vitales y móviles. Están orientados a la adquisición de capital de trabajo, o sea a la compra de mercaderías e insumos de producción, y en segunda instancia activos fijos, como máquinas y herramientas.

Fuente: Tiempo Argentino