Para frenar la evasión, la UE compartirá datos sobre pactos fiscales entre países y empresas
La Unión Europea (UE) dio un paso significativo para cercar la gran evasión fiscal de multinacionales, que aprovechan los pactos y beneficios fiscales secretos que ofrecen algunos países para reducir su carga impositiva al mínimo.
Las nuevas normas aprobadas ayer obligarán a los países a intercambiar de manera automática información sobre los pactos fiscales y los acuerdos de precios de transferencia que cierren, renueven o modifiquen con empresas a partir de 2017.
“Es una decisión importante para la transparencia entre nosotros y para asegurar que las compañías internacionales paguen impuestos de una manera justa”, afirmó Jeroen Dijsselbloem, ministro de Finanzas de Holanda.
Para lograr el consenso, los ministros de Economía y Finanzas de la UE debieron superar algunos obstáculos, como la cuestión de la retroactividad con la que se aplicará el intercambio de información automático.
Finalmente, se determinó que también se compartirán los pactos emitidos, renovados o enmendados entre 2012 y 2013, aún vigentes en 2014, así como los emitidos, renovados o enmendados entre 2014 y 2016, sean o no válidos aún.
De este modo, la retroactividad que se aplicará será de cinco años y no de diez, como la Comisión Europea (CE) había propuesto y como apoyaban algunos países más ambiciosos como España, Italia, Alemania o Francia.
Pese a todo, se trata de un logro significativo, ya que se requiere de la unanimidad de los Estados miembros para tomar decisiones en materia fiscal.
Además, el proyecto se planeó bajo la presidencia rotatoria de Luxemburgo en la CE, país aún mirado con recelo por algunas instancias internacionales.
El empeño de Luxemburgo por sacar adelante este acuerdo se comenta con cierta ironía en privado en Bruselas, donde aún se recuerda cómo el pequeño país bloqueó durante años los avances hacia el intercambio automático de otro tipo de información, la bancaria, para proteger su apreciado –y rentable– secreto bancario.
Pese a que la práctica conocida como tax rulings es común en varios países, Luxemburgo fue el epicentro del escándalo conocido como LuxLeaks, que en 2014 puso al descubierto que el país pactó ventajas fiscales secretas con casi 340 multinacionales entre 2002 y 2010, entre ellas Pepsi, Ikea, AIG, Coach o Deutsche Bank.
El acuerdo alcanzado ayer también establece la creación de un “directorio” a través del cual se compartirá la información entre los países.
Además, las resoluciones tributarias acordadas con empresas con unos ingresos anuales menores de 40 millones antes del 1° de abril de 2016 no serán compartidos, salvo en el caso de compañías que se dedican principalmente a actividades financieras o de inversión.
Luxemburgo da tributación casi cero, a la carta y además secreta
Grandes multinacionales operan en el mundo a través de sociedades holding en Luxemburgo para evitar pagar impuestos en los países en los que operan y acogerse a un régimen fiscal mucho más favorable. Entre ellas, destacan Pepsi, Ikea, Burberry, Amazon, British American Tobacco (fabricante de Lucky Strike) o McGraw-Hill (propietaria de Standard & Poor’s).
Luxemburgo -miembro de la UE y que no se considera paraíso fiscal- no tiene el monopolio de los beneficios fiscales internacionales, ya que también existen fórmulas similares a través de Bélgica, Holanda e Irlanda. Sin embargo, Luxemburgo tiene tres ventajas que lo hacen muy atractivo: un sistema que permite reducir la tributación prácticamente a cero, la posibilidad de alcanzar un acuerdo a la carta con las autoridades fiscales (conocido como tax ruling) que garantiza que esa fiscalidad se va a mantener durante años, y la (hasta ahora) confidencialidad de estos pactos.
El sistema utilizado por la mayoría de las empresas es bastante simple: crean una sociedad luxemburguesa de la que cuelgan las filiales en distintos países, evitando así pagar más impuestos.
Fuente: Diario BAE