INTERNACIONAL

Posiciones enfrentadas ante el nuevo gobierno de Honduras

El gobierno de España insistirá ante el gobierno de Honduras que permita el regreso del derrocado ex presidente Manuel Zelaya, en un intento de evitar la ausencia de varios mandatarios latinoamericanos a la VI cumbre Unión Europea (UE)-ALC (América Latina y Caribe) que está previsto que se realice este mes en Madrid.

El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero realiza intensas gestiones diplomáticas para evitar que las diferencias en torno al nuevo gobierno de Honduras conduzcan al fracaso de la cumbre, en caso de concretarse la ausencia de varios países de la región, tal como se planteó ayer en la cumbre de mandatarios de la Unasur.

Varios de los presidentes participantes ayer advirtieron que no asistirían a la reunión de Madrid si acude el nuevo presidente de Honduras, Porfirio Lobo, elegido en los comicios convocados después del golpe de estado que en junio del año pasado derrocó a Zelaya.

"Hay un malestar mayoritario; aquí hubo un golpe de estado, una ruptura constitucional, se expulsó con bayoneta a un presidente; no se pueden legitimar elecciones surgidas de una dictadura", enfatizó el presidente ecuatoriano, Rafael Correa.

Correa también admitió "malestar" en el bloque porque Lobo fue invitado a la cumbre de Madrid.

"Hablaré de este tema con Zapatero por mandato de mis colegas de la Unasur y le expresaré nuestra opinión", subrayó Correa.

La agencia DPA y medios españoles informaron que una de las soluciones podría consistir en lograr que Zelaya, actualmente exiliado en República Dominicana, regrese a Honduras.

En opinión del Ejecutivo español, el retorno de Zelaya a Tegucigalpa antes de la cumbre, prevista para los días 18 y 19 de mayo, podría ser visto como un gesto en favor de la reconciliación que ayude a que la cumbre no fracase.

El secretario de Estado español para Iberoamérica, Juan Pablo de Laiglesia se encuentra en Tegucigalpa después de asistir a la constitución de la Comisión de la Verdad, una de las medidas del acuerdo Tegucigalpa-San José firmado en octubre de 2009 por representantes de Zelaya y el entonces presidente de facto, Roberto Micheletti.

Sólo dos de los países que integran el bloque sudamericano de Unasur -Perú y Colombia- reconocieron el gobierno de Lobo, mientras los restantes diez, entre ellos Brasil y la Argentina, lo rechazan.

Hoy, en Quito, el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, reiteró ese malestar de "la mayoría" de los países de la Unasur, porque Honduras "no está en el sistema interamericano reconocido como un gobierno legítimo".

A su turno, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se reunió hoy, a su llegada a República Dominicana, con Zelaya y defendió la decisión del bloque sureño de no ir a Madrid, aunque admitió que en las deliberaciones de Buenos Aires "hubo consenso pero no unanimidad respecto a la situación de Honduras". "El consenso es que si Europa insiste en aceptar al señor Porfirio Lobo, la Unasur no va; a lo mejor hay una excepción, pero nosotros no respetamos a todos los gobiernos que reconocen al gobierno de Honduras", remarcó Chávez.

El jefe del Estado venezolano citó a su par de Uruguay, José Mujica, al asegurar que los mandatarios de la región no están "pidiendo mucho: sólo que restituyan a Zelaya".

En Tegucigalpa, en tanto, el opositor Frente Nacional de Resistencia Popular celebró la decisión de países de la Unasur, medida que el coordinador de la organización, Juan Barahona, consideró "coherente".

"La presencia de Lobo en la cumbre de Madrid sería una ofensa a todos aquellos países que representan a las verdaderas democracias", afirmó Barahona, según la agencia Prensa Latina.