Primera huelga general contra Tsipras evidencia descontento con el gobierno griego de izquierda

A pesar de haber ganado dos elecciones este año, los recortes que aceptó aplicar el premier desencantaron a la sociedad, que compara su gestión con la del conservador Samaras.

Una huelga general de 24 horas convocada en protesta contra la política de recortes del gobierno paralizó ayer gran parte de la actividad en Grecia, en la primera medida de gran alcance contra la política del Ejecutivo de izquierda del primer ministro Alexis Tsipras.

El seguimiento de la medida fue desigual: notable en los servicios públicos y escasa en el sector privado.

“Los negocios tienen que abrir para sacar lo mínimo, porque no se gana nada”, explicaba Alexandros, un comerciante de telas en el centro de Atenas, quien recalcó, sin embargo, que no por abrir dejaba de tener motivos de crítica contra el gobierno de Syriza.

“Nos sentimos muy traicionados. La verdad, parece un gobierno de derecha”, agregó.

La huelga fue convocada por los dos principales sindicatos sectoriales, el del sector público, Adedy, y el del privado, GSEE, por un lado, y el comunista PAME, por el otro.

Ministerios, autoridades públicas, escuelas, teatros, el transporte urbano, trenes y ferris cesaron sus actividades, informaron las organizaciones convocantes.

Casi todos los vuelos internos fueron también cancelados, pero los internacionales se efectuaron con normalidad, dijo una portavoz del aeropuerto de Atenas.

Los médicos de los hospitales públicos tratan sólo casos de urgencia. “Necesitamos urgentemente personal. Los hospitales se vienen abajo”, expresó el ortopedista Giorgos Tagaris.

También la mayoría de sitios arqueológicos como la Acrópolis de Atenas y los museos permanecieron cerrados.

Las radios y canales de televisión no emitieron noticias desde las primemeras horas del día, en medio de la huelga de periodistas que hará que hoy no se editen diarios.

El paro general estuvo acompañado de una movilización, que en Atenas reunió a unas 20.000 personas, según voceros policiales, una cifra comparable a la media de las huelgas generales que se realizaron contra el gobierno del conservador Andonis Samaras.

Un grupo de unos 300 encapuchados lanzaron piedras y artefactos incendiarios contra la policía, que respondió con gases lacrimógeno y bombas de humo.

Tsipras prometió al iniciar su primer mandato en enero que pondría fin al programa de recortes en las negociaciones con los acreedores de Grecia, pero en julio tuvo que aceptar un nuevo programa de reformas y recortes ante el peligro de bancarrota del país a cambio de recibir nuevas ayudas millonarias.

Luego convocó nuevas elecciones para el 20 de septiembre, en las que volvió a ganar pese a su cambio de rumbo. A cambio de hasta 86.000 millones de euros en ayudas Atenas tendrá que hacer fuertes recortes, entre otros en jubilaciones y salarios.

“Estoy decepcionado y me siento traicionado por el gobierno de Syriza y pienso que debemos reiniciar la lucha contra el capitalismo y el liberalismo”, opinaba Tasos, profesor de un colegio privado, de 50 años.

“Han cambiado, no son un gobierno de izquierda… y lo que hicieron es peor que lo que hicieron los anteriores”, afirmaba por su parte Kali, una empleada de comercio de 39 años.

Algunos reconocen sentirse desconcertados por salir a la calle contra un gobierno de ideología afín.

“Es una locura, estamos protestando contra un gobierno de Syriza, que en teoría también apoya esta manifestación”, añadía Kali, en alusión a que la sección sindical de Syriza también se sumó a la convocatoria a la huelga.

Mientras tanto, continuaron ayer en Atenas las negociaciones entre los acreedores y el gobierno para desbloquear un subtramo de 2.000 millones de euros del rescate y de 10.000 millones de euros para la recapitalización de la banca.

Entre los principales escollos por salvar figuran las ejecuciones hipotecarias, la cartera de créditos morosos de los bancos y las devoluciones en cuotas de las deudas a Hacienda y a la Seguridad Social.

Fuente: Diairo BAE