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PyMEs del sector audiovisual critican ley del Gobierno de la Ciudad

Por una iniciativa del macrismo, se creó un régimen de promoción de la actividad que exime a las productoras radicadas en los barrios de Colegiales, Villa Ortúzar, Chacarita y parte de Palermo de pagar ABL e Ingresos Brutos por 15 años.

En julio del año pasado, desde el espacio cultural Carlos Gardel, a metros de donde se graba ShowMatch, Mauricio Macri anunció el Régimen de Promoción de la Actividad Audiovisual frente a los hombres más poderosos de la televisión local, los mismos que el jueves pasado sonrieron al ver esa iniciativa transformada en ley. La norma crea un distrito audiovisual para incentivar la actividad, que abarca los barrios de Colegiales, Palermo, Chacarita, Villa Urquiza, Villa Ortúzar, Agronomía y La Paternal, donde las empresas productoras “radicadas o a radicar” tendrán reducciones impositivas durante años. Es precisamente en esa zona donde están asentadas las grandes productoras como Ideas del Sur, de Marcelo Tinelli, Pol-ka, de Adrián Suar, o GP, de Gastón Portal, a pesar de que el 90% de la actividad está acaparada por pymes. Sólo 90 de las 400 firmas audiovisuales de la Capital Federal (menos del 25%) se encuentran dentro de los límites del nuevo polo.

La “ley Tinelli-Suar” (como la apodaron en los pasillos de la Legislatura) declara a la actividad audiovisual como “productiva de transformación, asimilable a la industrial”, lo que exime de pagar Ingresos Brutos a las pymes que tengan una facturación anual menor a $ 20 millones. A su vez, en uno de sus puntos centrales, crea un Distrito Audiovisual de 720 hectáreas donde las firmas instaladas, o que vayan a instalarse no pagarán el impuesto al sello ni Ingresos Brutos ni el ABL. Para las empresas nacionales el plazo de las exenciones será de 15 años, y para las extranjeras, de diez.

Desde el macrismo hablan de “naturalidad”, de una tendencia geográfica imposible de cambiar, puesto que las productoras ya se afincaron naturalmente en esa zona con epicentro en Colegiales, por conveniencia o por moda. “Queremos beneficiar a todos sin castigar al que le va bien”, consideró Enrique Avogadro, director general de Industrias Creativas del Ministerio de Desarrollo Económico. Según datos de esa cartera, la industria audiovisual porteña está formada por 400 empresas que emplean a 51.550 personas. La norma abarcará no sólo a las de producción (que son la mitad), sino también a las prestadoras de servicios, las que procesan material fílmico, de posproducción, grabación de imagen y sonido, soporte o transmisión, aunque no distingue los objetivos de cada producción, si es un comercial for export o una película independiente; y apunta beneficios sin contemplar las diferencias entre aquellos trabajos que aspiran a un ámbito netamente artístico de los que se incluyen en el entretenimiento popular, que usualmente ya goza de mayores ingresos publicitarios. De hecho, tres de las 15 empresas que concentran más del 40% del mercado publicitario están en el Distrito Audiovisual.

Para figurar en el Registro, las empresas sólo deberán demostrar que se asientan en la ciudad, que lo audiovisual representa más de la mitad de su facturación total, y además no tener deudas de cargas sociales con sus trabajadores, esto último incluido en el texto gracias al reclamo del Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina (SICA), que había presentado su propio proyecto, que tomaba como “distrito” toda la ciudad, diferenciaba entre grandes empresas y pymes, creaba un fondo de fomento para la industria y una comisión asesora con participación de todos los actores del sector.

“En el original, no se les pedía nada a cambio a las firmas, es ridículo. Una contra es que, según cómo se mueva el mercado, los terrenos van a aumentar su valor. Si ahora querés montar una productora, los costos van a ser otros. Y si bien logramos extender el límite geográfico, este distrito no deja de ser para empresas grandes. Está claro para quiénes: Tinelli, Pol-Ka, PPT, etcétera. Nosotros, como trabajadores de cine, pudimos colar un artículo que nos beneficie, y nada más”, señaló Adrián Caiafa, secretario de SICA. La norma fue aprobada por 43 votos, contó con el aval de la mayor parte del kirchnerismo y tuvo el rechazo de Proyecto Sur y parte de la Coalición Cívica, que objetaron la distinción de un polo en una zona norte, donde se ubican las grandes firmas televisivas que no necesitan ayuda del Estado, relegando a pequeñas productoras de cine y publicidad, muchas de ellas radicadas en el sur de la ciudad, que incluso cuenta con más espacio físico para la instalación de estudios. “Lo que pasó fue vergonzoso. Avalaron una sola zona geográfica para un negocio de carácter inmobiliario, sumado a darles beneficios impositivos a grandes empresas de comunicación del sistema al que dicen combatir, que tienen trabajo no registrado. A esa zona se le dio todo el impulso dejando que las de más alta rentabilidad y facturación no paguen ABL por 15 años. Una barbaridad. Deberían beneficiar a las pymes, las que tienen menos de 40 trabajadores, y que no sea en un distrito, sino en toda la ciudad”, sostuvo el legislador Fabio Basteiro, que presentó un despacho de minoría. Y agregó: “Beneficia a los grandes grupos como Pol-Ka, Ideas del Sur o Endemol. Es una zona cara y van a tener exenciones de ABL. Va a generar mucha especulación inmobiliaria.”

Sobre el final del texto, se promete que el “Banco de la Ciudad adoptará las medidas necesarias a fin de implementar líneas de crédito tendientes a promover la actividad y la radicación de empresas en el Distrito Audiovisual”, aunque no detalla cuáles ni cómo serán.

Fuente: Tiempo Argentino