Se elevó la cantidad de clientes bancarios que refinancian los saldos de las tarjetas

Para los argentinos, aprovechar las promociones que ofrecen las tarjetas ya pasaron a formar parte de los “usos y costumbres”, a la hora de decidir qué comprar y en dónde hacerlo.

Para los bancos es un camino de ida, que conduce a potenciales clientes a la puerta de sus sucursales o fideliza aún más a los que ya poseen.

Difícilmente puedan desinstalar, de un día para el otro, esta batería de descuentos que les ha permitido, a lo largo de estos meses, mantener el espíritu consumista en gran parte de la sociedad.

Pero se ha llegado a un punto en que ambas partes quedaron atrapadas en una especie de laberinto que no muestra una rápida salida.

Por el lado de las entidades, ya se hace difícil competir sin recurrir a esta vía. Hay cuatro o cinco que se muestran como las más activas y el resto se ven obligadas o a subirse al tren (aun sin contar con la espalda suficiente) o a cruzar los dedos para no perder clientes en manos de la competencia. El total del sistema lo componen 84 entidades, de las cuales 50 ofrecen tarjetas.

Por el lado de los clientes, el problema tampoco es menor. Una gran parte de ellos entraron en un circulo vicioso, en el cual, cancelar el saldo les lleva cada vez más parte de su sueldo. Y, lo que es peor, al no poder hacerlo llegan a un punto de difícil solución: su poder de compra se les reduce cada vez más al financiar el saldo a elevados intereses.

El siguiente gráfico muestra a las claras cómo se profundiza esta preocupante tendencia:

* Entre enero y junio de 2008: el saldo impago producto de compras con tarjeta venía creciendo a tasas cercanas al 50% anual (ver gráfico de barras)

* Entre julio y diciembre de 2008: el “efecto cuota” comienza a hacerse sentir, la sociedad empieza a consumir menos, pero el saldo impago sigue trepando (ver línea recta ascendente).

* Entre enero y agosto 2009: se produce un freno en el financiamiento mediante el plástico, por lo que el saldo impago llega a un umbral en el que ya comienza a erosionar la capacidad de consumo, comiéndose una mayor parte del salario.

Actualmente el conjunto de titulares de tarjetas adeuda al sistema financiero cerca de $16.000 millones.

Todo esto también tiene su correlato en los niveles de morosidad, tomando el conjunto de líneas de préstamos para consumo. Por ahora se mantiene en niveles controlables, pero en franco ascenso a lo largo de los últimos tres años. Según el propio Banco Central las cifras marcan, en el caso de incumplimientos de familias, el máximo nivel observado desde octubre de 2005.

Punto límite Si uno compara los saldos impagos actuales ($16.000 M en agosto de 2009) con los existentes hace un año atrás ($14.000 M, agosto de 2008) se observa una fuerte caída en la tasa de crecimiento anual del financiamiento, lo que indica que éste pudo haber llegado a un techo.

En otras palabras, este nivel de deuda está afectando directamente la capacidad de compra. Y esto se ve reflejado en un consumo vía plásticos que en el último año cayó casi un 5% promedio en términos reales (considerando una inflación promedio del orden del 15 por ciento).

Es decir, los argentinos consumieron menos (-5%) pero no lograron reducir su deuda ($16.000 millones).

Si a esa caída del 5% se excluyen los servicios asociados a tarjetas de débitos, el descenso es aún mayor y llega al 6,3 por ciento.

Hay bajas que llaman poderosamente la atención. Por ejemplo las ventas en los supermercados de barrio (imposibilitados de subirse a la moda de descuentos) se derrumbaron un casi un 30%, en términos reales. Restaurantes, hoteles y turismo, entre el 15 y el 25% en ese lapso.

¿Le han servido a los hipermercados los megadescuentos ofrecidos para contrarrestar el descenso? En parte, pues cayeron un 8% en términos reales. Es decir, no sufrieron la baja registrada en los almacenes de barrio o los comercios chinos, pero tampoco pudieron mantener los niveles de venta a lo largo de los últimos meses.

El siguiente cuadro permite observar la baja en términos reales (deflacionado según IPC por sectores, según cálculos de la consultora de Carlos Melconian):

Según las últimas cifras disponibles, el volumen de compras con tarjeta ascendió a unos $7.100 millones: los servicios (la gran mayoría asociados a débitos en cuenta), indumentaria, hipermercados y artículos para el hogar en su conjunto representaron el 56,3% del total.

Si se compara dicha cifra ($7.100 millones) con los $6.400 millones de igual mes del año anterior, se desprende que el incremento anual no llega al 12%, es decir menor a la inflación estimada por consultores privados.

Pérdida del poder de compra iProfesional.com dio cuenta, tiempo atrás, que apenas 4 de cada 10 usuarios cancela el total de su deuda mensual. El 60% restante paga el mínimo o una parte.

Al proceder de esta forma quedan expuestos al pago de cargos financieros que pueden ir desde un 30% a un 85% anual según el emisor, más gastos de financiación, administrativos, renovación anual, impuestos, etc.

En el caso de los gastos operativos, el Banco Central informó que los mismos oscilan entre los $8,00 y los $14,90 por mes. En cuanto a la cuota por renovación anual del plástico, los costos llegan hasta los $600, como en el caso del BBVA.

Según Gustavo Giraldez, director de Notibancos, aún cuando se habla de un plan de cuotas “sin interés”, igual se está pagando una carga extra, que en las entidades llega a un promedio del 15 por ciento. “No tienen costo financiero directo, pero sí se cobra a través del gasto de los resúmenes y seguros, entre otros”.

Esto explica, en parte, por qué la capacidad de compra se reduce mes a mes y se “come” una mayor porción del salario.

Billeteras más flacas y con menos plásticos El incesante incremento de deudas impagas llevó a que, a diferencia de otros años, una parte de la sociedad se vaya deshaciendo de los mismos plásticos que antes buscaba.

Es así como el stock de tarjetas en poder del público muestra una apreciable reducción. El total asciende a 28,7 millones frente a los 29,9 millones que existían hace un año atrás (1,2 millones menos).

En el caso particular de los emitidos por bancos, también se registra una caída, pasando de 20,2 millones a 19,4 millones.

Voces del sector Jorge Colombatti, vicepresidente de MasterCard Worldwide, sostuvo a iProfesional.com que “en este momento lo que estamos viendo en el mercado de medios de pago es que, en el afán de no perder participación en el consumo, hay un mapa muy complejo en el que se articulan los bancos, las tarjetas y el retail”.

El ejecutivo de Mastercard agregó que “se instaló una modalidad de la que no se puede salir, en la que los clientes eligen dónde y qué día ir a comprar para aprovechar las promociones y los descuentos”.

Los porcentajes en cuestión son muy atractivos para los compradores, pues en determinados rubros llegan al 30%, pero estos esfuerzos compartidos entre bancos, emisoras de tarjetas y los propios negocios, no siempre se reflejan en aumentos de las ventas.

“Además, se creó una tendencia de la que difícilmente se salga, que es que los consumidores piensan que los descuentos y las cuotas son características del mismo producto, de forma inherente”, dijo Colombatti.

El directivo explicó, además, que “las estrategias de financiamiento son imitables y hay compañías que están dispuestas a ir a pérdida por captar más clientes y tener mayor participación en el mercado”.

Desde el Banco Galicia, dieron cuenta a iProfesional.com, que en su caso particular los niveles de consumo se encuentran aproximadamente un 25% sobre el año anterior, pero casi exclusivamente como resultado de su fuerte campaña de promoción”.

Maximiliano Coll, gerente de Productos y Servicios del Banco Ciudad, aseguró: “Este año se consume el doble que el anterior mediante tarjetas de nuestra entidad, producto de un plan muy activo que el Ciudad encaró en el 2008”.

Según Coll, “lo más importante para los clientes del banco son las cuotas sin interés, más que los descuentos”. “Ofrecer 24 cuotas sin interés nunca puede considerarse un “negocio”. Sin embargo, ganamos fidelidad de la cartera y sabemos que si el cliente compra un lavarropas, y lo paga a un plazo de dos años, al momento de abonar un cena, también utilizará la tarjeta”.

En tanto, Colombatti agregó que “puntualmente, observamos que los clientes eligen los productos más caros que tienen descuentos, y que se priorizan los beneficios en supermercados, línea blanca y tiendas departamentales (como Falabella), no así en restaurantes”.

De acuerdo a un informe de Key Data al que tuvo acceso iProfesional.com, las principales promociones en hipermercados son:

* Banco Galicia - Supermercados Coto Martes 10% descuento Sábados y domingos: 15% de descuento en algunos rubros

* Banco Santander Río - Carrefour Miércoles y jueves: 10% de descuento Resto de los días: 5% de descuento

* Standard Bank - Walmart Sábados: 10% de descuento con tarjetas Visa y Mastercard

* Banco de la Provincia de Buenos Aires - Carrefour Martes: 10% de descuento con Visa y Mastercard

* Citibank - Jumbo Miércoles: 10% de descuento

* BBVA Banco Francés: Disco / SuperVea / Plazas Vea: lunes 15% de descuento Supermercados del interior: jueves 10% de descuento con tarjetas Visa Supermercados Jumbo de Mendoza, Neuquén, Rosario y Santa Fe: martes 15% de descuento Disco virtual: todos los días 15% de descuento

¿Cómo se distribuye el mercado? Según el informe de Key Market, Visa concentra la mitad del consumo total, seguida muy de lejos por Amex y MasterCard. Estas tres marcas representan las tres cuartas partes del mercado.

La elevada penetración de Visa tiene su punto de partida en las entidades bancarias emisoras, pues su participación en el total comercializado en cada una de ellas oscila entre el 80 y el 100 por ciento de las marcas ofrecidas.

(INFOBAE PROFESIONAL)