ECONOMíA

Según consultoras privadas la inflación de julio fue entre 1,6 y 1,7 por ciento

La inflación de julio se ubicó entre 1,6 y 1,7 por ciento, de acuerdo con diferentes mediciones de consultoras privadas, impulsada por subas en el precio de los alimentos y en turismo por las vacaciones de invierno. La consultora Finsoport estimó un aumento en el Índice de Precios al Consumidor de 1,7 por ciento, en coincidencia con la proyección del estudio Miguel Bein y Asociados, en tanto Economía & Regiones calculó 1,6 por ciento.

La economista Marina Dal Poggeto, del Estudio Bein, indicó a DyN que el porcentaje de 1,7 está por arriba del promedio de 1,3 por ciento mensual registrado en el segundo trimestre, pero sigue por debajo de primer trimestre del año (2,4 por ciento mensual) cuando la suba de la carne contribuyó a espiralizar la inflación.

Según puntualizó, la variación interanual inflacionaria alcanzó en julio a 21,8 por ciento -la tasa más elevada de los últimos 25 meses- y acumula en lo que va del año 13,5 por ciento.

No obstante, la analista desestimó una nueva espiralización de los precios para el segundo semestre.

"Con tipo de cambio planchado, que contribuyen a amortiguar las subas en los precios de los bienes en un contexto donde las importaciones crecen por encima del 40 por ciento, y tarifas congeladas, el riesgo de espiralización no está", evaluó, y estimó que la inflación en el segundo semestre rondará el 1,5 por ciento mensual, con lo cual cerrará el año en 22 por ciento.

Por su parte, el economista Jorge Todesca, de la consultora Finsoport, advirtió que "lo que tenemos son precios caros en dólares de nuevo", como resultado de que "en los últimos cinco años hemos acumulado un 100 por ciento de inflación, y con un ajuste del tipo de cambio del 30 por ciento", lo cual "demuestra que la economía argentina está perdiendo competitividad por el lado de sus precios internacionales".

En la misma línea, Mario Sotuyo, de Economía y Regiones, planteó a DyN que "la economía va perdiendo competitividad, porque la diferencia entre devaluación e inflación es cada vez más grande".

Al respecto, afirmó que si bien la política monetaria que aplica el Banco Central no es generadora de inflación "viene convalidando todos estos aumentos de precios".

"El tipo de cambio se devaluó mucho menos que la inflación. Creo que la estrategia pasa un poco por ahí. El tipo de cambio es la última herramienta anti-inflacionaria que le queda al gobierno, ya que fracasó con los acuerdos de precios máximos, al tiempo que los salarios aumentan, y la política fiscal sigue expansiva", reflexionó.

De acuerdo con las consultoras, el precio de los alimentos aumentó en julio entre 1,7 y 2,1 por ciento, impulsados por el encarecimiento en las verduras, en torno al 12 por ciento -cuya oferta fue afectada por las heladas- y dejan un arrastre de 4,9 puntos porcentuales para agosto.

También se incrementaron los lácteos, bebidas, y panificados (estos últimos impulsados por una fuerte suba en el precio internacional del trigo). Así, la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas, calculó que el costo de la canasta básica alimentaria para una familia tipo se ubicó en julio en 1.020,6 pesos, lo que implica aumentos de 0,6 por ciento frente a junio, de 35,9 por ciento interanual, y acumuló en los primeros siete meses del año un alza de 21 por ciento.

Por su parte, el valor de la canasta básica total para un matrimonio con dos hijos es de 1.939 pesos, lo que refleja subas de 1,7 por ciento frente a junio; de 24,5 por ciento contra julio de 2009; y de 14,2 por ciento en siete meses. Entre los factores que determinaron la inflación de julio, también figuran las subas en los rubros Esparcimiento, por las vacaciones de invierno; en Vivienda por mayores expensas; y en Salud por el alza en las prepagas; en estos dos últimos, recayó con fuerza el traslado a precios de las paritarias de los porteros y de los distintos sindicatos asociados a la sanidad.