Según informe de IDESA, uno de cada tres asalariados continúa en negro

Uno de cada tres asalariados continúa en negro, estimó un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), en el que se advirtió que "si a esto se suma la inactividad laboral no deseada, el desempleo, y el trabajo autónomo de baja productividad, los problemas laborales siguen siendo masivos".

El estudio planteó que para revertir la tendencia es necesario implementar una "inteligente reforma laboral".

"Para avanzar hacia un mercado laboral más integrado es vital sostener el crecimiento económico y la fiscalización, pero agregar una inteligente reforma laboral. De lo contrario, persistirá la alta informalidad ya que con las regulaciones actuales para las empresas pequeñas, el cumplimiento de las normas seguirá siendo prohibitivo", advirtió.

El informe destacó que pese a que en los últimos años se verificó un período de fuerte crecimiento económico, sumado a una "férrea voluntad fiscalizadora" de la cartera laboral, la reducción de empleos no registrados fue "modesta".

Así, contrastó que, de acuerdo con los últimos datos oficiales disponibles, mientras la economía siguió creciendo en el primer trimestre del año a tasas del orden del 9,9 por ciento anual, todavía "un tercio de los asalariados continúa en la informalidad". El informe subrayó que el grueso de la reducción del empleo no registrado se dio hasta el año 2088, período en el que el salario real "tuvo niveles muy deprimidos".

"La caída de los salarios reales permitió compensar transitoriamente los altos costos no salariales de la legislación laboral y la seguridad social. Pero apenas los salarios reales recuperaron los niveles previos a la devaluación, los costos no salariales de las regulaciones volvieron a actuar como promotores de informalidad", explicó. Asimismo, evaluó que la enorme cantidad de requisitos formales, administrativos y restricciones que se estipulan en la legislación laboral, los "exagerados" niveles de litigiosidad, y los "desproporcionadamente" altos niveles de aportes y contribuciones de la seguridad social "hacen que formalizar un trabajador sea una posibilidad sólo para las empresas de alta productividad y mayor tamaño".

En este contexto, consideró que para las pequeñas empresas, en su mayoría de fragilidad financiera y baja capacidad administrativa, la única opción "es contratar por fuera de la ley". "Por eso, el 85 por ciento de los trabajadores ’en negro’ están en empresas con menos de 25 trabajadores", puntualizó.

La institución abogó por apuntalar el crecimiento económico -corrigiendo las distorsiones- y continuar con las fiscalizaciones laborales", pero alertó que "es imprescindible revisar las instituciones laborales y de la seguridad social con un enfoque creativo e inteligente".

"Con idoneidad técnica y audacia política es factible eliminar nichos de improductividad (burocracia, litigiosidad, corrupción) y establecer instituciones laborales modernas que garanticen protección a los trabajadores en base a normas que sean accesibles a las pequeñas empresas", propuso.

A su criterio, usando "oportuna y correctamente" el crecimiento económico, el control laboral, y la modernización de las instituciones, es "factible reducir la informalidad laboral a niveles mínimos". "Este sería un aporte decisivo para avanzar hacia la integración social", concluyó.