CLAUDIO LOZANO | DIPUTADO NACIONAL Y ECONOMISTA DE LA CTA

“Debemos pensar esta reforma como el primer paso hacia una modificación integral del Sistema Previsional Argentino”

En febrero, la Cámara de Diputados aprobó la nueva Ley de Reforma Previsional Nº 26.222 que habilitará –entre otras cosas– los traspaso del régimen privado al estatal y la afilación automática al sistema de reparto para quienes acceden a su primer empleo y no elijan una AFJP.

Nadie se opuso a la iniciativa.

Sin embargo, distintas voces plantearon la necesidad de seguir avanzando hacia una reforma integral del sistema previsional argentino, entendiendo la nueva ley como una transición.

Esta es la opinión del diputado nacional y economista de la Central de Trabajadores Argentina (CTA), licenciado en Economía, Claudio Lozano. En una entrevista exclusiva con Aplicación Tributaria S. A., Lozano analiza la reforma y plantea sus propios interrogantes.

¿Cuál es su opinión acerca de la nueva Ley de Reforma Previsional Nº 26.222?

El proyecto constituye un avance, en tanto reconoce la necesidad de modificación del sistema. Sin embargo, debemos pensar esta reforma como el primer paso hacia una modificación integral del Sistema Previsional Argentino.

Si se tratara de una transición, ¿cuál debería ser el paso siguiente?

Se debería crear una Comisión Nacional de Reforma del Sistema Previsional integrada por representantes del Poder Ejecutivo, del Parlamento Nacional y de las organizaciones sociales para que en un plazo no mayor de seis meses elaboren el Proyecto de Ley de Reforma Previsional Integral. Si hay discensos, se tendría que llamar a una consulta popular.

¿Cuál es el inconveniente de que coexistan dos sistemas (reparto y capitalización) dentro del Sistema Previsional?

Es absurdo plantear como opción la elección entre el reparto y la capitalización porque las alternativas no son comparables. Lo serían si hubiera un régimen de capitalización pública (administrado por bancos públicos) vs. el privado (administrado por las AFJPs, es decir, los principales bancos privados).

A partir de la reforma, ¿peligra el financiamiento del sistema estatal?

Sí, puede que en un principio se produzca una mejora (por el traspaso que hagan los que están en las AFJPs así como por la asignación de los indecisos) pero en el marco de la vigencia de la opción entre la capitalización individual y el reparto solidario, no caben dudas de que los aportantes con mejores ingresos, que están en blanco y cuentan con estabilidad laboral, optarán por la capitalización individual. Así, las administradoras se quedarán con los mejores aportantes mientras que el grueso de la responsabilidad de las jubilaciones va a quedar en el sistema público. Además, se instrumenta un mecanismo que alienta una especulación por parte de los trabajadores de mejores ingresos, que permanecen en el sistema de capitalización en tanto mantienen los ingresos elevados y se traspasan a reparto en cuanto estos declinan.

¿Cuál es su opinión acerca de que el tope máximo de aporte se ubique en los $ 6.000?

El aporte debería realizarse por todo el salario. Es más, podría plantearse una estrategia de solidaridad respecto de los asalariados de mayores ingresos haciéndolo aportar por la totalidad del ingreso, pero computando a su cuenta personal sólo hasta $ 6.000, el aporte sobre el resto del ingreso financiaría solidariamente al sistema público.

¿Qué piensa sobre el establecimiento de un plazo de 180 días para el traspaso?

Si el objetivo es privilegiar al sistema público, no se entiende porque se estableció ese plazo ni porque se puede optar sólo cada 5 años. Aún peor, es el hecho de que, trascurridos esos plazos, se mantendrá vigente la cláusula legal por medio de la cual los que están en reparto pueden traspasarse a las AFJPs pero no a la inversa. Lo lógico sería abrir la opción sin límites y definir a partir del diseño de un nuevo Régimen Previsional Público que todo nuevo aportante ingrese al sistema de reparto.

¿Cómo debería funcionar el sistema previsional?

Si tenemos en cuenta que nuestro país no es de pleno empleo, tampoco de distribución progresiva de los ingresos, ni de extensión del empleo formal, se debería establecer un nuevo Sistema Previsional Público debidamente financiado, a partir del cual, el Estado debería hacerse cargo de las jubilaciones de la población.

¿Debería existir la jubilación universal?

En realidad, lo ideal sería que exista un Sistema Público con dos pilares: una jubilación universal financiada con rentas generales, no con aportes y contribuciones como sucede con la Jubilaciones Anticipadas, y un Sistema de Reparto Intergeneracional, que con la debida movilidad pueda pagar por años de aporte y nivel de ingreso garantizando el grado sustitutivo que tiene que tener el haber respecto del salario.

¿Cómo se establecería la movilidad de los aportes jubilatorios?

Debería elaborarse un coeficiente de actualización y garantía de movilidad, que tenga en cuenta el incremento de las remuneraciones de los trabajadores formales, la evolución de los aportes y contribuciones, así como el incremento de los recursos fiscales que financien el sistema previsional.

¿Qué sucedería con las AFJPs?

Además de la cobertura pública, los trabajadores que así lo deseen pueden aportar de manera adicional para tener un retiro privado. En este punto, también se podrían incluir a otros agentes institucionales no necesariamente financieros (cooperativas, mutuales, por ejemplo)

PLAN FENIX


Proponen un sistema previsional multipilar
Tras la sanción de la Ley de Reforma Previsional, el Licenciado en Economía, Alberto Müller consideró que “es una modificación de un sistema pero que en líneas generales queda sobre la misma base”.
En este sentido, el Plan Fénix –del cual Müller es autor junto a otros profesionales– plantea la necesidad de implementar un sistema multipilar que se conforme a través de tres pilares: jubilación universal no contributiva, aportes administrados por el régimen de reparto y sistema de capitalización.
Cabe recordar que, dicho plan es una propuesta de modelo socioeconómico que sustenta el desarrollo en tres pilares básicos: inclusión social, bienestar y educación.
Müller es profesor titular de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires e investigador del Centro de Estudios de Población, Empleo y Desarrollo (FCE–UBA).
En cuanto al desfinanciamiento del sistema de reparto denunciado por el diputado Lozano, Müller sostuvo que “no hay razones para pensar que un sistema pagará más beneficios que el otro según el nivel de ingreso, porque en última instancia los montos jubilatorios serán proporcionales a los aportes”.
No obstante, el economista remarcó que “el empleo no formal impide el funcionamiento basado en los aportes porque los trabajadores no logran conseguir los recursos suficientes”.
En relación a los altos costos operativos de las administradoras, Müller manifestó que “tendría que pensarse en algún sistema de capitalización que tenga sus rendimientos ajustados a la evolución macroeconómica”.