JUAN CARLOS ALONSO | TITULAR DEL CONSEJO DIRECTIVO DEL C.P.C.E.C.A.B.A.

"La calidad humana de Escadell me convenció y por esto estoy con él en este nuevo período"

Las autoridades electas ya están ubicadas en sus respectivos puestos y prestos a representar a los profesionales de Ciencias Económicas en los próximos tres (3) años.

Por primera vez en muchos años, la minoría (profesores universitarios, casi en su totalidad) se acercó peligrosamente a la mayoría, y encendió la alarma para los ya conocidos dirigentes de la Lista Azul.

En una entrevista con Aplicación Tributaria S.A., el Dr. Juan Carlos Alonso, flamante integrante del Consejo Directivo del Consejo Profesional de Ciencias Económicas porteño por la Lista Azul, explica el por qué del crecimiento del resto de las agrupaciones, da su opinión sobre el nuevo presidente de la entidad, José Escandell y analiza la participación de los profesionales durante los comicios.

Además, y teniendo en cuenta que el Dr. Alonso cuenta con una vasta experiencia profesional en el campo académico, aprovechamos esta oportunidad para conversar sobre la calidad educativa y su importancia para el desarrollo profesional posterior.

Juan Carlos Alonso se desempeña como vicedirector a cargo de Administración de la Universidad Kennedy. Además, es profesor titular de la Administración Financiera de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Buenos Aires.

¿Cuáles son sus expectativas en cuanto a su desempeño como titular del Consejo Directivo?

Espero poder cumplir con los requerimientos de los matriculados. En la parte actuarial, impulsaré la unificación de las normas profesionales actuariales para que los colegas actuarios respetemos ciertas pautas mínimas en los informes que tenemos que elevar a los organismos de contralor o clientes.

¿Qué opina de la participación de los profesionales de Ciencias Económicas en relación a la participación política y cívica de los últimos comicios electorales?

Los matriculados le reconocen a la lista Azul el haber hecho crecer el Consejo al punto de ser hoy uno de los más importantes de Sudamérica. Al mismo tiempo, eso generó un interés por parte de una agrupación integrada por docentes universitarios que, en el ámbito educativo, ha sabido ocupar un lugar que la actual conducción había dejado vacío.

¿Por qué las autoridades del Consejo se abocaron únicamente a los profesionales y dejaron de lado a los estudiantes?

Antes, el Consejo tenía participación en la vida universitaria pero, en un momento dado, volcó su trabajo únicamente a la política profesional. Como consecuencia de esto, ahora son los profesionales de la facultad los que quieren ingresar o participar en el Consejo.

¿Cuál es su opinión sobre el Dr. Escandell?

Él fue quien me invitó personalmente a acompañarle para este nuevo período, y sabiendo de la calidad personal, profesional y humana no pude menos que aceptar el desafío. Es una persona que tiene claro los objetivos.

¿Qué importancia le asignan los empresarios al área administrativa y contable?

Son los profesionales quienes se deben ganar un lugar dentro de la empresa. Ahí entra en juego las cualidades personales y no solamente los conocimientos adquiridos en la universidad. Nadie egresa como para desempeñarse como gerente pero la universidad les da la base para que puedan llegar a serlo. Los alumnos adquieren una metodología de razonamiento que les servirá en el futuro para abordar temas desconocidos.

¿Cuál es su opinión en torno a la calidad educativa?

En general, el problema es el escaso nivel de los ingresantes porque la falta de conocimiento de base es evidente. Cada universidad ha tomado distintas maneras de encarar esas problemática. Por ejemplo, la Kennedy implementó una escuela de primer año con materias destinadas a suplir la carencia de determinados conocimientos.

¿Qué desfasaje hay entre los conocimientos adquiridos y los utilizados en el desempeño profesional?

En cualquier universidad lo que se pretende es que los alumnos egresen con las habilidades, conocimientos y capacidades adecuadas para desenvolverse en su profesión. Sin embargo, cada institución busca la forma en cómo lograr ese objetivo. En 5º año, los alumnos de la Kennedy tienen materias prácticas (seminarios, por ejemplo) que los capacitan para desempeñarse en cualquiera de los posibles campos profesionales: educativos, empresas, independientes o administración pública. También, estimulamos la formación de emprendedores.

¿Considera que existen diferencias notables entre las universidades públicas y privadas?

En las universidades privadas, el alumno se encuentra más apoyado y orientado por parte de los profesores y autoridades educativas. Por ello, hay poca dispersión del valor medio adquirido. Sin embargo, en las entidades públicas la desviación es mayor por lo que es posible encontrar juntos a los mejores y a los peores alumnos de una carrera.

¿A qué se deben estas diferencias educativas entre alumnos de una misma universidad?

En la universidad pública, conviven dos tipos de estudiantes. Aquéllos que quieren graduarse buscando las cátedras y materias más fáciles lo pueden hacer, y aquéllos que buscan aprender adquieren una resistencia tal que, cuando sale al mundo laboral, están mejor preparados para enfrentar las exigencias del mercado.

La realización de postgrados por parte de los profesionales responde a: ¿una exigencia de mercado o a la necesidad de adquirir nuevos conocimientos ante la baja calidad educativa?

Las dos cosas. Algunos profesionales cursan un postgrado para posicionarse mejor ante posibles ascensos laborales. Otros lo hacen porque sienten que no tienen la formación suficiente a nivel de grado. Considero que en algunos niveles se podría estar desacreditando en forma indirecta las licenciaturas o título de grado. Los postgrados son el complemento de las carreras de grado, pero nunca su reemplazo.