LABORAL
A nivel global, 126 millones de mujeres inician emprendimientos y 98 millones los continúan en el tiempo
El rol de género en la actividad emprendedora tiene virtudes y características entre un sexo y otro, y los buenos resultados se traducen en los datos que relevó una especialista.
Silvia Torres Carbonell, directora del Centro de Entrepreneurship del IAE Business School y la representante de GEM en la Argentina (Global Entrepreneurship Monitor), señaló que "hoy el género femenino representa en el mundo el 50 por ciento de la fuerza laboral y más del 50 por ciento de los microemprendimientos están liderados por mujeres".
En la conferencia que brindó la especialista en el Hotel Four Seasons, Torres Carbonell definió la actitud emprendedora del "sexo débil" con características específicas que han llevado a "los analistas a estudiar el por qué del éxito de estas empresas ya sean pymes o de grandes firmas".
Entre las características que tienen los emprendimientos netamente femeninos son que las mujeres tienen: mayor experiencia en subsistencia, curiosidad, espíritu emprendedor aumentado frente a la necesidad, mayor temor al fracaso -por ser más cuestionadas que los hombres- integración del mundo doméstico con el público, distintas formas de relacionarse con los empleados, y mayor tendencia a saber cómo una acción puede influir en el resto.
También poseen más apertura a la diversidad, a la multiplicidad de tareas, y suelen comenzar con emprendimientos pequeños, autofinanciados, que luego van creciendo.
Paola del Bosco, doctora en filosofía por la facultad de Filosofía y Letras de la Universitá degli Studi "La Sapienza" di Roma, y profesora en el IAE, la Universidad Austral y la UCA, analizó cómo las mujeres cobraron prestigio y son hoy palabra autorizada en el mundo de los emprendedores.
Al hablar sobre "La mujer y su empoderamiento en América Latina" valoró que las mujeres ocupan "cada vez más espacio público que privado y tienen la virtud de integrar esos dos mundos de una forma diferente y complementaria a la del hombre".
"La mujer, con su idiosincrasia, y todo lo que tiene que aportar al mundo, respetando su identidad, es una neta hacedora de vínculos y redes, que aporta su propia sabiduría y su liderazgo", dijo la especialista, por eso recomendó también "no imitar el liderazgo masculino ya que se pierden las características citadas anteriormente".
Por su parte, Marilen Stengel, escritora, emprendedora, capacitadora y directora de Stengel Batista Desarrollo Humano, ahondó sobre cómo en lo vinculado al proceso de realización y orgullo personal, la mujer intenta descubrir nuevas potencialidades y cualidades, permitiéndose encontrar talentos en las capacidades propias y ajenas.
Fuente: Télam