Alentarán el crédito para empresas

En un audaz intento de lograr que la oferta y la demanda de crédito acorten la distancia que las separa para sumarle impulso a la recuperación de la economía, el Banco Central (BCRA) dejará habilitada en breve una nueva ventanilla de redescuentos que estará a disposición de los bancos que pongan en el mercado líneas de préstamos para empresas en pesos, con tasa de interés fija y competitiva (que imaginan entre 12 y 15 por ciento anual) y que podrían repagarse en 5 años.

Las entidades que estén dispuestas a dar préstamos en esas condiciones podrían fondearse desde esa caja, en caso de serles necesario.

El proyecto en el que sigilosamente trabaja la conducción del organismo monetario -y que cuenta con fuerte aval presidencial, según confirmaron oficiosamente desde la Casa Rosada- consiste en convencer a los bancos de que se lancen a prestar asumiendo los riesgos crediticios (la calificación del cliente, la correcta evaluación de su capacidad de pago, entre otras condiciones) mientras el BCRA toma a su cargo los riesgos de posible iliquidez y descalce de plazos, dado que los depósitos promedio en el sistema, desde la manipulación del coeficiente CER (el indexador inflacionario que había permitido extenderlos), están colocados a poco más de dos meses.

El objetivo de esta nueva ventanilla es garantizarles a los bancos que el elevado colchón de dinero ocioso (lo que se llama liquidez en la jerga) con que cuentan actualmente -va del 22 al 44 por ciento de sus activos, según como se compute- no correrá riesgos aunque cambien las condiciones de mercado. Esto ayudaría a convencer a las entidades de que se lancen a dar préstamos.

La iniciativa forma parte del plan con que el Gobierno intentará combatir la inflación (que niega, al menos públicamente) estimulando la inversión para aumentar la oferta de productos y bienes, en especial en aquellos sectores en los que el Ministerio de Industria haya detectado lo que denomina "cuellos de botella".

El proyecto viene algo atrasado por la indefinida situación en que aún se encuentra la presidenta del BCRA, Mercedes Marcó del Pont, quien actualmente sigue ejerciendo el cargo "en comisión" y aún aguarda su confirmación mediante un dictamen del Congreso.

El punto que puede levantar polémica es el criterio con que la "ventanilla de liquidez" quedará abierta a disposición de los bancos.

Ocurre que, en definitiva, se los habilitará a financiar sus líneas de crédito con redescuentos, es decir, dinero público obtenido del Banco Central, a cambio de la cesión como garantía de parte de la cartera de créditos que tengan o títulos que mantengan en sus carteras de inversión.

Este tipo de adelantos serán ofrecidos a las entidades financieras "en los términos que plantea el inciso f del artículo 18 de la Carta Orgánica de la entidad", según se pudo determinar de altas fuentes oficiales.

Con esa aclaración, buscan desestimar las especulaciones sobre una medida que necesite reformar la ley que rige la acción de la entidad.

Vale consignar que, por el uso de estos recursos, los bancos deberán pagarle al Central una tasa de interés aún no determinada, pero "similar a la que hoy rige para los pases", y cuyo valor final surgirá de una puja por precios.

Los redescuentos fueron originalmente diseñados para auxiliar a los bancos básicamente ante situaciones de faltante de dinero (iliquidez) que se juzguen transitorias. Es decir, están pensados como una manguera que sólo debería ser utilizada para combatir incendios.

La nueva conducción del BCRA buscará usar el mismo instrumento para impulsar la economía, aunque intentará presentar el plan prescindiendo de la palabra "redescuentos", por las reminiscencias negativas que tiene. En el directorio no pierden de vista que en los años 80 fue uno de los instrumentos que colaboraron para que la inflación derivara en híper. "Lo tenemos muy presente", advirtieron en el BCRA, con lo que admitieron elípticamente los términos del proyecto en que trabajan.

Los banqueros sondeados estiman que la medida puede generar las condiciones para que mejore la oferta crediticia, pero sólo de manera marginal. Pero no creen que sea la solución porque, a su entender, el problema básico es la "falta de demanda" de préstamos por la baja visibilidad de la economía.

De hecho, con recientes datos del Central, insisten en que la mejor medida es la "normalidad". "El propio BCRA destacó a mediados de la semana pasada que la tasa de interés promedio que el sistema cobra por los adelantos en cuenta corriente a empresas de primera línea bajó del 10% anual por primera vez en casi dos años", destacó el presidente de una entidad líder.

Crédito estancado

Para ver cuán atrasada se encuentra la intermediación financiera en la Argentina, basta comparar las cifras actuales con las de principios de 2007. Si se ajusta el monto total de créditos al sector privado por inflación (la real, tomada como promedio del consenso de los analistas privados), se observa que apenas creció el 2 por ciento. Pero cuando se analiza particularmente la evolución del crédito a las empresas en moneda nacional, el panorama es más desolador.

El stock de financiamiento pasó de $ 44.200 millones en febrero de 2007 a $ 54.000 millones en la actualidad; creció $ 10.000 millones en términos nominales pero decreció más de $ 11.000 millones en términos reales. Mientras por entonces el crédito a empresas representaba el 57% del total otorgado al sector privado, ahora esa proporción ha caído al 45%, por desplazamiento hacia los créditos para el consumo de familias, según datos del Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina (Cefid-AR).

Al institucionalizar esta rueda de auxilio, el Gobierno buscará direccionar la oferta de crédito hacia el lugar donde las nuevas autoridades del BCRA dicen haber detectado que "reacciona la demanda".

Aluden así a la experiencia de la denominada "línea 400", precisamente la que se puso en marcha durante la presidencia de Mercedes Marcó del Pont en el Banco Nación para financiar la inversión de pequeñas y medianas empresas (pymes), recientemente relanzada, a un plazo de hasta 10 años, pero con tasa fija nominal anual del 12% (actualmente reajustada al 14%) por los primeros cinco. Fue la que permitió a esa entidad volcar $ 4823 millones al mercado en dos años.

Pero en los bancos insisten en sostener que la clave para el despegue del crédito es evitar más conflictividades para ponerle coto a la fuga de divisas, proceso que en dos años le restó a la Argentina US$ 37.000 millones netos y provocó una importante contracción monetaria.

"Mientras el horizonte temporal de los agentes se mida en semanas o meses y no en años, resulta inconcebible el desarrollo de la intermediación financiera a los niveles que supo alcanzar en otros años", juzgan en la consultora Delphos Investment.

12/15% Tasa de interés

Es la banda de tasas que los bancos deberían cobrar por los nuevos préstamos si quieren acceder a los redescuentos. (LA NACIÓN)