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Bachelet aumenta el salario mínimo un 7,1 por ciento

La presidenta chilena Michelle Bachelet promulgó ayer un acuerdo que establece un nuevo salario mínimo equivalente a 406 dólares mensuales que se cobrará junto con los sueldos de julio. El monto, que representa un alza de un 7,1%, es producto de una negociación entre el gobierno y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), que también estableció que el salario mínimo subirá a unos 435 dólares en julio de 2015 y a 451 dólares en enero de 2016.

"Sabemos lo difícil que es para una familia vivir con un sueldo mínimo –dijo Bachelet al promulgar el nuevo salario, que perciben más de 800 mil trabajadores–, pero es todo lo que podemos hacer hoy". La presidenta de la CUT, la comunista Bárbara Figueroa, fue ácidamente criticada desde diversos sectores por haber aceptado un aumento de apenas el 7,1 por ciento. "No hay conformidad", admitió Figueroa, para luego destacar la voluntad de diálogo del gobierno. Chile es uno de los países con mayor desigualdad de ingresos en la región, que es a la vez la menos equitativa del mundo.

Esta es la primera vez que la CUT negocia un acuerdo salarial a tan largo plazo, un período de 18 meses al cabo del cual el salario mínimo llegará a 451 dólares, una cifra que ya en 2007, hace siete años, había sido propuesta por el obispo Alejandro Goic como "un salario ético para los trabajadores de menores ingresos". El gobierno se comprometió con la central sindical a enviar al Congreso, a más tardar en octubre, un proyecto que buscará mejorar las leyes laborales, incluidas las relacionadas con la sindicalización y las instancias de negociación.

Las diferencias que afloraron por la decisión de la CUT de firmar un acuerdo salarial que se considera insuficiente, quedaron explicitadas en toda su intensidad horas después, tras los acuerdo en materia tributaria alcanzados entre parte de la alianza gobernante y los partidos opositores de derecha. "Nos preocupa tanto la forma como el fondo del acuerdo", expresó sin titubeos la diputada juvenil Camila Vallejo.

El conflicto surgió luego de que el gobierno de Michelle Bachelet y algunos sectores oficialistas alcanzaran un acuerdo tributario con la oposición pero sin informar de éste a las colectividades progresistas aliadas, como el Partido Comunista y la Izquierda Ciudadana. Tras conocerse las críticas, el gobierno defendió la iniciativa. "Debemos ampliar la base de apoyo a las reformas que deben llevarse adelante", dijo el ministro Álvaro Elizalde, portavoz del Ejecutivo.

El vocero de los partidos oficialistas, el senador demócrata cristiano Patricio Walker, valoró los consensos y propuso "perfeccionar los mecanismos de coordinación" en el sector. Las diferencias, que motivaron declaraciones cruzadas a la prensa, evidenciaron los distintos énfasis al interior del pacto gobernante, una alianza que reúne desde comunistas hasta demócrata cristianos. Las reformas prometidas por Bachelet con el objetivo de mitigar las desigualdades existentes en el país chocan con diversas posiciones e intereses, especialmente entre los actores sociales y empresariales.

Fuente: Info News