El 65 por ciento de los jóvenes no llega a terminar el primer año en un empleo
Por la precarización laboral y el rechazo a las reglas impuestas por las empresas, el 65 por ciento de los jóvenes argentino de entre 18 y 24 años no llega a cumplir el primer año en un empleo.
Así surge de datos del Ministerio de Trabajo de la Nación y de un estudio elaborado por el Centro de Estudios en Políticas Públicas (CEPP) entre 13 compañías de primera línea del país.
El trabajo concluye que existe una "crisis de autoridad" que viene de la escuela secundaria y la familia, y que lleva a muchos jóvenes a no poder adaptarse a las reglas de juego más exigentes del mercado laboral.
El trabajo consiste en entrevistas con los responsables de las áreas de personal de 13 compañías de primera línea argentinas, entre las que hay telefónicas, ferroviarias, supermercados y constructoras, además de otras con funcionarios del Estado nacional. Al analizar las causas de este problema, se mencionan dos:
La mayoría de los trabajos que consiguen los jóvenes son precarios.
Esta precariedad tiene una mayor influencia en los niveles socioeconómicos más bajos.
Según la Encuesta Permanente de Hogares 2010, en el 20 por ciento de los jóvenes con menores ingresos la informalidad laboral llega al 75 por ciento, mientras que en el 20% de mayores ingresos esta informalidad sólo supera el 10%.
Por precarización e informalidad laboral se entiende el pago de sueldos muy bajos, con altas exigencias, y la inexistencia de beneficios como una obra social por estar en negro. Pero más allá del nivel socioeconómico, el trabajo realizado por el CEPP indaga también en una causa sociocultural que se da sobre todo en ciudades de más de 300.000 habitantes, "sin importar la clase social".
El trabajo señala que los jóvenes tienen una dificultad para adaptarse a determinadas reglas que imponen las empresas.
"Creen que se puede negociar todo como si cada puesto de trabajo hubiera empezado con ellos. Y ya no apuestan a una cultura del trabajo, es decir, esforzarse hoy para conseguir una gratificación el día de mañana", advierte el estudio.
Explica, además, que muchos jóvenes buscan la gratificación inmediata, y esto tiene mucho que ver con la historia de muchos de sus padres. Ven que con aquel viejo perfil de trabajador no consiguieron progresar, señala el trabajo.
El CEPP sugiere que la secundaria debe recuperar un rol fundamental en la socialización de los jóvenes.
Debe existir un espacio para reflexionar sobre este tema, porque desde las familias el concepto de autoridad también está en crisis, y eso queda de manifiesto cuando quieren trabajar.
El trabajo del CEPP plantea también que hay un vínculo deficiente entre la escuela secundaria y el mercado laboral.
Las escuelas técnicas no han prosperado en los últimos años. Es más, en 2009 hubo una baja de la matrícula con respecto a 2008.
Desde las compañías que participaron de esta investigación aseguran que el título secundario es hoy prácticamente excluyente, pero no por los conocimientos que aporta, sino porque funciona como una credencial, una demostración de voluntad y el compromiso de cumplir con una obligación.
Según datos de Unicef, sólo el 48 por ciento de los adolescentes argentinos logra terminar el nivel medio de la enseñanza.