El consumo frenó su recuperación en agosto

El consumo viene recuperando lento, mucho más lento que la oferta, que protagonizó un rebote importante gracias a la reapertura de sectores tras la versión más rígida de la cuarentena. El dato ya no es novedad. La noticia negativa es que en agosto el consumo cayó 0,5% en la comparación libre de estacionalidad contra el mes anterior e interrumpió su lenta recuperación de tres meses consecutivos. Pese al retorno a una nueva normalidad, se empieza anotar la contracción del salario y la pérdida de empleos.

Los datos de consumo de agosto fueron publicados esta mañana por el Instituto de Trabajo y Economía de la Fundación Germán Abdala (ITE-FGA), a través del informe del Indicador Mensual de Consumo (IMC). La comparación interanual registró una contracción de 6,9%, a simple vista un registro mucho mejor al de los meses previos, lo que a podría sugerir una continuidad en la recuperación. De hecho, en julio la baja contra el mismo mes del 2019 había sido de 11,2%; en junio de 13,6%; en mayo de 20,9%; y en abril de 22,4%.

Sin embargo, resulta destacable que agosto del 2020 compara contra el que fue, por lejos, el peor mes del año pasado, cuando ya en el día posterior a las PASO presidenciales arrancó el indetenible drenaje de divisas para atesoramiento, con una suba del precio del dólar desde $46,20 hasta $55, un 19% en apenas una rueda. El consumo cayó 11,3% según ITE-FGA durante ese mes. Por eso, el 6,9% de contracción registrado durante el mes pasado, y publicado hoy, se da contra una base de comparación mucho menor a la de los meses previos.

Hace unas semanas, desde CAME informaron una contracción de 17,8% interanual en las ventas minoristas de los comercios pyme durante agosto. Se trató, también, del mejor registro desde el comienzo de la pandemia, en marzo. Sin embargo, la contracción de 27,7% en julio ocurrió contra una de 8,3% en el mismo mes del 2019. Y la de agosto contra otra de 18,7%, una base de comparación más baja.

Desde CAME sostuvieron: "Si bien muchas ciudades del interior normalizaron su actividad, el cumplimiento de los protocolos, los menores ingresos de las familias, los altos niveles de endeudamiento y la menor circulación de gente en las calles, siguen afectando el consumo. Más difícil es la situación en la región AMBA, donde el aislamiento social, preventivo y obligatorio es más estricto".

En ese sentido, cabe destacar que el salario real medido por el Indec cayó 4,4% en términos reales entre marzo, cuando la pandemia llegó al país, y junio, el último número oficial publicado. Un golpe al ingreso de los hogares trabajadores que se sumó a la contraccón de 15,1% registrada entre noviembre del 2015 y diciembre del 2019. Pero, además, en el mismo período se perdieron nada menos que 292.000 puestos de trabajo registrados. Se estima que más de 2.000.000 de personas cayeron en la pobreza durante el primer semestre del año y casi 7.000.000 desde inicios del 2018. Se trata de un freno de mano puesto sobre el consumo, que además le pondrá un límite a la recuperación de la oferta en adelante.

En un informe reciente, desde ITE-FGA afirmaron al respecto: "La recuperación de la economía real está comenzando a presentar una forma de raíz cuadrada en lugar de una V corta, con lo cual la recuperación empieza a depender en gran medida de la demanda y no tanto de la oferta. Por más que el ASPO y DISPO comiencen a flexibilizarse, hasta que no haya una perspectiva futura de los ingresos reales de las familias, éstas no van a incrementar su gasto presente (demanda). El próximo reto del gobierno es salir de la ayuda generalizada del lado de la oferta y pasar a una ayuda focalizada del lado de la demanda (pos-pandemia)".

Aunque en el del IMA publicado esta mañana agregaron una perspectiva algo más optimista: "De cara a los próximos meses, es esperable que el consumo continúe mostrando una importante retraída respecto de 2019. Sin embargo, el incremento de jubilaciones, pensiones, asignaciones familiares e incrementos salariales postergados durante los últimos meses podrían darle un impulso a la demanda".

Por Mariano Cuparo Ortiz

Fuente: BAE Negocios