El gasto en subsidios a servicios públicos ya supera a la recaudación por retenciones

Este año los subsidios estarán por encima de $ 60.000 millones, mientras los derechos de exportación rondarán los $ 55.000 millones. La brecha se ampliará cada vez más.

El invierno de 2011 va camino a poner en clara evidencia uno de los puntos más flacos de la economía kirchnerista: por la mayor importación de gas a precio internacional para cubrir la caída en la producción local –y la negativa a trasladar de lleno los mayores costos a los consumidores finales–, el gasto total en subsidios será este año superior al ingreso que obtiene el Fisco de las retenciones a las exportaciones, una de las llaves de la caja oficial.

Así se desprende de un informe elaborado por la consultora Federico Muñoz & asociados, según el cual las erogaciones derivadas de la importación de gas desde la terminal de LNG (gas licuado) en Escobar, sumada al resto de las importaciones, “hará que la factura de subsidios a empresas crezca en 2011 por encima del 3,3% del PBI que representó en 2010. Esa cifra es superior a lo que se recauda por retenciones (aproximadamente un 3,2% del producto)”.

Ante la consulta de El Cronista, Muñoz enfatizó que la estimación de un gasto en subsidios cercano al 3,3% del producto es “conservadora”.

En esa línea, otros economistas coinciden en que de acuerdo con las temperaturas que se presenten en los días más fríos del año, es probable que las erogaciones en ese rubro trepen hasta un 5% del PBI. Para Fausto Spotorno, del Estudio de Orlando Ferreres, “las retenciones ya no crecen tanto porque el volumen de exportaciones es más o menos el mismo y sólo hay variación de precios. En cambio, los subsidios van a seguir aumentando porque crece el consumo y los mayores costos no se traspasan a tarifas”.

El PBI nominal de 2010 fue de $ 1.442 billones, mientras las retenciones –las más populares son a las exportaciones de soja, pero rigen para una multitud de productos– le aportaron al Fisco $ 45.547 millones. De la mano del persistente crecimiento económico, pero también de la inflación, las estimaciones indican que la economía argentina moverá este año más de $ 1.800 billones.

Los derechos de exportación dejarán en las arcas públicas, de acuerdo con Muñoz, unos $ 55.000 millones. Mientras los subsidios se llevarán más de $ 60.000 millones, siempre según estimaciones conservadoras. Con un agravante: “En lo que va de 2011, el ingreso por retenciones mostró una desaceleración marginal”, según Muñoz. De manera que la superación por parte de los subsidios podría ser mayor.

“La habilitación de la nueva terminal de regasificación en Campana permitirá aliviar las habituales restricciones energéticas invernales, pero el costo para el Fisco no será trivial. El año pasado se importó gas licuado por poco menos de u$s 400 millones. Este año Enarsa prevé gastar u$s 1.600 millones”, sostiene el informe de Muñoz. Tan solo el funcionamiento de la nueva terminal subiría en casi tres décimas la participación en el PBI.

Las transferencias del Estado al sector energético, al transporte, a la producción agroalimentaria, a empresas públicas y a asignaciones sociales fueron de $ 66.000 millones en 2010. De esos ítems, los dos primeros se llevan la mayor cantidad de recursos.

En alza

Luego de la desaceleración del crítico 2009 –sólo crecieron 5,2%–, esas transferencias treparon a razón de 47% en 2010 y podrían dar un salto de un 51% este año si se cumplen los pronósticos de máxima.

Tienen funciones diversas, todas de alto rédito política en las vísperas de una elección presidencial. Le permiten al Gobierno, por ejemplo, garantizar la gratuidad de las transmisiones de fútbol; capitalizar a Aerolíneas Argentinas y solventar la Asignación Universal por Hijo (AUH). También congelar los boletos de subte y colectivo a la mitad del promedio internacional y, sobre todo, mantener los precios del gas y la electricidad que pagan los vecinos de Capital Federal y alrededores muy por debajo de las referencias regionales. De acuerdo con la consultora Montamat & Asociados, en abril un vecino de la Ciudad de Buenos Aires pagó unas 23,7 milésimas de dólar por kilowatt hora, en tanto su par cordobés debió enfrentar una factura de 82,1 (unas 3,4 veces más) y el de Brasil 149,3 –seis veces más– por la misma cantidad.

(El Cronista Digital)