POST CRISIS ARGENTINA

El mercado de crédito ante un nuevo contexto

El crédito es un factor decisivo para el crecimiento de cualquier economía, y mucho más en la actual coyuntura interna y externa. En este sentido, los recientes anuncios oficiales en materia de oferta de financiamiento pueden tener efectos positivos mientras las políticas públicas no impliquen una presión sobre los bancos y se realicen con objetividad y transparencia.

La recuperación post crisis se financió con los recursos que las empresas habían logrado salvar del vendaval y con las ganancias que fueron obteniendo en su actividad. El crédito local estuvo severamente limitado, tanto por la situación de los bancos como por la de los eventuales prestatarios. El crédito externo quedó reducido al que podían obtener algunas grandes empresas, preferentemente extranjeras.

En el curso de la recuperación el mercado de crédito revivió, pero con limitaciones. Por una parte, a pesar de la mejora en las condiciones económicas, se mantuvo por mucho tiempo -y en alguna medida todavía se mantiene- un grado de incertidumbre sobre el futuro de las empresas. Por otra parte, las empresas no aprovecharon todas las oportunidades de financiamiento disponibles, por su propia precaución.

El caso de las empresas chicas es especialmente problemático porque muchas de ellas han recuperado su actividad y tienen buenas perspectivas, pero también tienen dificultades para cubrir las exigencias que, por su estrategia crediticia o por las exigencias de los reguladores, les presentan los bancos.

Este escenario se ha complicado últimamente por la emergencia de la crisis financiera externa. Es posible que la incertidumbre afecte el acceso al financiamiento de los mercados periféricos o, cuando menos, que aumente el costo del mismo por el aumento del riesgo.

Por estos motivos puede resultar positiva la iniciativa oficial, dada a conocer por el ministro de Economía, Martín Lousteau, de promover líneas de crédito en dólares con tasas de interés menores al 7% para los exportadores y del 10%, para los que trabajan en el mercado local. Según afirmó el ministro, el Gobierno dará señales a la banca privada de qué cadenas de valor tienen más posibilidades de crecimiento y, en algunos casos, podría subsidiar el crédito para que llegue a las tasas señaladas.

Por su parte, la recién asumida presidenta del Banco Nación, Mercedes Marcó del Pont, comunicó su decisión de aumentar el crédito a la producción y reducir las tasas para la pequeñas y medianas empresas.

La disposición de crédito en plazos y costos compatibles con la rentabilidad de las empresas es indispensable para sostener la actividad en un escenario internacional que puede ser menos propicio que el de años pasados. Por lo pronto las informaciones más recientes sobre la evolución de la economía estadounidense prometen una caída en la demanda internacional que, en mayor o menor medida, afectará a la economía local.

Por otra parte, el financiamiento de largo plazo es indispensable para incrementar la inversión destinada tanto a aumentar la competitividad de las exportaciones en un mercado mundial más peleado, como para sostener el ritmo de crecimiento sin aumentar las presiones inflacionarias que surgen de la elevada ocupación de la capacidad productiva.

Hay que tener en cuenta, finalmente, que la intervención oficial en el mercado de crédito, a través de los bancos oficiales o señalando sectores como objetivos de financiamiento, debe realizarse en base a criterios objetivos y con procedimientos transparentes, para evitar distorsiones del tipo que se han conocido en el pasado.

El crédito es indispensable para sostener el crecimiento, aumentar la competitividad y reducir presiones inflacionarias. Es positiva la decisión del Ministerio de Economía y del Banco Nación de mejorar las condiciones de financiamiento. La intervención pública debe ser objetiva y transparente para evitar distorsiones como las que se produjeron en el pasado. (CLARÍN)