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En Córdoba crean "Registro de Bloqueo de Llamadas No Deseadas"
El gobierno cordobés promulgó la ley que crea un registro provincial para que puedan inscribirse las personas que deseen no recibir publicidad telefónica por medio del sistema de telemarketing.
En el Boletín Oficial de Córdoba fue publicado el Decreto Nº 2079, por medio del cual el gobernador, José Manuel de la Sota, promulgó con el Nº 10016 la ley provincial que busca proteger a los usuarios contra posibles abusos durante los contactos realizados mediante el uso de telemárketing.
La ley crea el denominado "Registro de Bloqueo de Llamadas No Deseadas", en el que podrán inscribirse todas aquellas personas que requieran la protección contra los procedimientos de contactos telefónicos con fines publicitarios.
En el registro podrá anotarse "toda persona titular de un servicio telefónico que manifieste su decisión de no ser contactada por vía del telemárketing para recibir llamadas no consentidas", precisa la ley.
Cuando una persona solicite la inscripción en el registro, la autoridad de aplicación, la Dirección de Defensa del Consumidor, deberá "incorporar al solicitante en el banco de datos dentro de las 24 horas de formulada la solicitud", según la ley.
Las empresas que violen las disposiciones de la ley serán multadas con una suma equivalente a "entre dos y cien veces el importe equivalente a un salario mínimo, vital y móvil", y hasta podrán sufrir "la clausura del establecimiento o suspensión del servicio durante un plazo de hasta 30 días", según prevé la norma.
Asimismo, la ley establece la "suspensión de hasta cinco años (del infractor) en el Registro Oficial de Proveedores y Contratistas de la Provincia de Córdoba" o "la pérdida de concesiones, regímenes impositivos o crediticios especiales, privilegios o cualquier otro beneficio de que goce".
Una de las promotoras de la iniciativa es la legisladora Nadia Fernández (Peronismo Militante), quien detacó que “estos llamados telefónicos o mensaje de texto de empresas que nos ofrecen bienes o servicios representan un fenómeno habitual, que, por su forma abusiva y reiterada, y sin ser solicitado, constituye una verdadero acoso e, incluso, violatorio de nuestra intimidad.