ECONOMÍA

En abril subió el 40% consumo con tarjetas

El consumo con tarjetas de crédito subió en abril alrededor del 40% en relación con el mismo mes del año pasado. En la cifra coincidieron altas fuentes del mercado financiero y de las empresas administradoras de medios de pago, las que, sin embargo, difirieron al momento de atribuir las causas de este incremento. Hoy los argentinos gastan unos $ 4.000 millones mensuales con sus tarjetas de crédito, y otros $ 2.000 millones con tarjetas de débito.

Desde los bancos con fuertes campañas de promociones para la compra de televisores LCD (50 cuotas a un costo teórico cero pero que en realidad se convierte en un costo financiero total cercano al 4% por imperio de cargos, gastos y seguros) afirman que al menos una quinta parte de esa suba se debe al fenómeno «pantalla plana».

En dos de las tres principales marcas de tarjetas, sin embargo, afirman que la suba es «horizontal», o sea que se verifica en los sectores en los que tradicionalmente los consumidores pagan con dinero plástico (indumentaria, electrodomésticos, etc.). La excepción sería el rubro gastronómico, donde se verifica un leve pero sostenido descenso sólo compensado en parte por los mayores precios de los restoranes.

Gasto adicional

Los consumidores de pantallas planas, al momento de lanzarse a comprar en 50 cuotas, parecen no advertir que si quieren ver el Mundial como si estuvieran en Sudáfrica deberán incurrir en un gasto mensual adicional: de no tener contratado el servicio de alta definición con los operadores de TV paga el formato de los LCD hará que vean peor (imagen «aplastada») que en los aparatos tradicionales. Desde ya, al menos la mitad de esos cuarenta puntos de suba se deben a los incrementos de precios que se registrado en el período, según todos los estudios privados confiables.

Hay otra coincidencia entre banqueros y operadores de tarjetas: los niveles de mora e incobrabilidad están entre los más bajos de la historia. También las tarjetas de débito están gozando de un boom inédito: en la actualidad hay unos 20 millones de esos instrumentos en circulación y activos, de los cuales diez millones son usados por los tenedores para efectuar pagos «on line» en los puntos de venta. El fenómeno es relativamente reciente y nació en los días del «corralito» (fines de 2001) cuando el débito era casi la única forma que tenían los clientes bancarizados de acceder a sus depósitos en cuentas corrientes o cajas de ahorro. La emergencia pasó, pero el hábito de pagar con débito se extendió.

En la actualidad los consumos con débito rondan los $ 2.000 millones mensuales, contra los $ 4.000 millones que se pagan con tarjetas de crédito. De acuerdo con los banqueros consultados, y este es un argumento que vienen repitiendo desde 2001, el uso de tarjetas como medio de pago «blanquea» buena parte de las operaciones en el comercio minorista, que de otro modo quedarían sin registrar. Por eso, el anuncio -luego no concretado- por parte de la AFIP de que incrementaría del 5% al 7% la devolución a los consumidores que pagaran sus compras con débito habría -según el sector- significado más recaudación. El cálculo de los banqueros es que el «blanqueo» de compras que alentaría una mayor devolución más que sobrecompensaría la mayor erogación fiscal.

Explican que de los $ 2.000 millones de consumos mensuales con débito, unos $ 300 millones quedan fuera de la devolución por superar los $ 1.000 el tope por compra para gozar de este beneficio); otros $ 400 millones corresponden a rubros (como combustible, por caso) no elegibles para la devolución. Quedarían entonces unos $ 1.300 millones, por lo que el costo de la suba de cinco a siete puntos no superaría los $ 25 millones mensuales. En la actualidad el fisco les devuelve unos $ 100 millones por mes a los consumidores. De hecho, desde hace al menos un par de años los banqueros vienen pidiéndole -con estas cifras en la mano- a la AFIP que la devolución por usar débito en el comercio pase del 5% al 10%, algo que hoy aparece como muy poco probable.

(Ambito.com)