Estiman que la desocupación en Argentina podría bajar al 4 por ciento recién en el 2020
Al ritmo que crece el empleo, la tasa de desocupación podría bajar al 4 por ciento recién en una década, estimó un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA).
"Suponiendo que la producción siguiera creciendo al 9 por ciento anual -hipótesis muy optimista- se necesitaría aproximadamente una década para reducir el desempleo al 4 por ciento, nivel que se considera próximo al ’pleno’ empleo", proyectó.
La institución advirtió que en un contexto de alto crecimiento económico, la generación de empleos "es muy modesta", y planteó que para revertir la tendencia se requiere "un profundo cambio de la política laboral y en la organización del sistema educativo".
De acuerdo con las cifras oficiales, el índice de desempleo al cierre del primer trimestre de este año descendió a 7,4 por ciento, frente al 8,3 por ciento que se había registrado en el mismo período de 2010. El documento precisó que, con un crecimiento de la actividad económica superior al 8 por ciento anual, el empleo crece apenas al 1,3 por ciento, y señaló que ese nivel "no alcanza para compensar el aumento demográfico".
"Esto implica que por cada punto porcentual que aumenta el nivel de actividad económica, el empleo total crece apenas un 0,15 por ciento", calculó. El informe recordó que hasta el 2006 el empleo subía en "bastante sintonía" con el crecimiento económico, y explicó que hasta ese año, "el problema de la baja generación de empleos fue disimulado con la licuación de los salarios reales".
"El hecho de que, aun en un contexto de aumento en la producción muy alto, no se generen los puestos de trabajo necesarios para satisfacer las necesidades del crecimiento demográfico delata la profundidad de los problemas laborales", evaluó. Además, remarcó que si se considera que mucha gente permanece inactiva, porque cree remotas las posibilidades de conseguir un empleo, y otras se declaran ocupadas aunque tienen un empleo de bajísima calidad, "los déficit del empleo son enormes y no es posible resolverlos de no modificar la capacidad de generar empleos".
El informe sostuvo que la "precariedad" de la generación de empleo "quedó demostrada apenas el salario comenzó a recuperar el nivel que tenía previo a la crisis del año 2002". La institución abogó por "aprovechar las campañas políticas para introducir en la agenda de políticas públicas los factores que permitan aumentar la capacidad de generación de empleos".
"Esto exige, partiendo de reconocer el fracaso de la política laboral actual, que los tres poderes del Estado trabajen por regulaciones laborales más racionales y simples, y un cambio de paradigma en la organización del sistema educativo", concluyó.