INTERNACIONAL
Hollande asumió la presidencia en Francia
El socialista François Hollande asumió la presidencia de Francia con la promesa de reconciliar a sus conciudadanos y de defender en Europa un nuevo pacto presupuestario que incluya medidas para estimular la economía.
El nuevo jefe del Estado francés tendrá la oportunidad de debatir sus propuestas con la canciller alemana, Angela Merkel, esta misma tarde en Berlín, adonde se desplazará justo después de haber anunciado el nombre de su primer ministro.
El presidente del Consejo Constitucional, Jean-Louis Debré, comunicó el traspaso de poderes. "A partir de este momento usted encarna a Francia, simboliza la República y sus valores y representa al conjunto de franceses", le dijo Debre en una ceremonia sobria, y en la que a diferencia de la de su predecesor, Nicolas Sarkozy, en 2007, no estuvieron presentes sus hijos.
Sus primeras palabras como presidente fueron dirigidas a la necesidad de reconciliar a la nación y a la constatación de que la situación heredada no es fácil, con "una deuda masiva, un crecimiento débil, un paro elevado, una competitividad degradada y una Europa con dificultades para salir de la crisis".
Una situación refrendada por los datos del Instituto Nacional de Estadística (INSEE), según los cuales la economía se estancó en el primer trimestre, después de que en 2011 el Producto Interior Bruto (PIB) creciera un 1,7 %.
Más allá de enderezar las cuentas públicas, Hollande dijo ser consciente también de que Europa "espera y mira" a Francia y, conforme a lo expresado en la campaña, recalcó que para superar la crisis el continente necesita "crecimiento y solidaridad".
Para el nuevo jefe del Estado, de 57 años de edad, el pacto presupuestario que propondrá a sus socios de la eurozona unirá la necesaria reducción del gasto público con "la indispensable estimulación de la economía", una apuesta para la que Merkel se muestra reticente.
Hollande, condecorado con la Gran Cruz de la Legión de Honor en uno de los salones del Palacio, subrayó además que "la Justicia será el único criterio sobre el que se tomará cada decisión pública" durante su mandato, iniciado con un pequeño baño de masas deslucido por la lluvia ocho días después de haber acaparado el 51,6 % de los votos.
Poco antes, Sarkozy y su mujer, Carla Bruni, habían abandonado el Elíseo recorriendo a pie la misma alfombra roja por la que esta mañana entró el socialista, en un acto cargado de simbolismo y que cierra definitivamente el anterior ciclo.
El nuevo presidente es consciente de que ya no puede esperar ser tratado con condescendencia por parte de los medios, y no le faltarán oportunidades esta misma semana para demostrar si está a la altura de las expectativas que ha suscitado.
Tras ese viaje a Berlín poco después de anunciar el nombre del nuevo primer ministro, que si no hay sorpresas será el hasta ahora jefe de los diputados socialistas, Jean-Marc Ayrault, el miércoles llegará la formación del Ejecutivo, que de cumplirse sus promesas electorales será paritario.
Y a nivel internacional tendrá también a partir del viernes una nueva prueba de fuego, con un desplazamiento a Estados Unidos para entrevistarse con su homólogo, Barack Obama, y participar sucesivamente en las cumbres del G8 y de la OTAN.
"El poder en la cumbre del Estado se ejercerá con dignidad, pero con sencillez, con gran ambición para nuestro país pero con sobriedad en su comportamiento", prometió Hollande, manteniendo la intención de desmarcarse de la presidencia de Sarkozy.
Hollande designó como nuevo primer ministro a Jean-Marc Ayrault, de 62 años de edad. Es poco conocido del gran público, pese a que, diputado y alcalde de Nantes, la sexta ciudad de Francia, es una personalidad del Partido Socialista, cuya bancada en la Asamblea Nacional presidió durante 15 años.
Ayrault, allegado de François Hollande, es un conocedor de Alemania, cualidad que sin duda contribuyó a que el presidente François Hollande le confiara la jefatura del gobierno en momentos en que las relaciones franco-alemanas son uno de los temas más difíciles de la nueva presidencia.
Ex profesor de alemán, Ayrault hizo estudios en Wurzburgo (Baviera) y mantuvo estrechos vínculos con Alemania, donde tiene buenas relaciones tanto con socialdemócratas como con miembros del partido de la canciller Angela Merkel.
Fuente: Ámbito.com

