ECONOMÍA

Justicia investiga el uso de indigentes en compra de dólares

Hay 800 personas señaladas. Muchas pertenecen al Ejército de Salvación. Servini de Cubría indagó a 20 coleros para saber su conexión con las casas de cambio y el destino del dinero.

El uso de mano de obra barata para hacer negocios evadiendo el pago de impuestos no parece ser propiedad exclusiva de los empleadores con trabajadores informales. Fuentes que trabajan en la denuncia que radicó en 2008 el Banco Central por supuesta complicidad entre casas de cambio y la venta de dólares a los “coleros”, adelantaron a Tiempo Argentino que el 90% de las más de 800 personas usadas para comprar divisa son indigentes. Pero hay un dato llamativo: dentro de ese grupo hay varias personas que pertenecen a la ONG de ayuda social cristiana Ejército de Salvación. “Son, en su mayoría, mujeres de esa institución. El resto, son personas que, por lo general, viven en villas de emergencia y cobraban un máximo de $ 50 por ir a comprar importantes de sumas de dólares para otros”, explicó a Tiempo un hombre que sigue de cerca el proceso de indagatorias que inició el 1 de abril de este año el Juzgado Criminal y Correccional Federal, que conduce la magistrada María Romilda Servini de Cubría.

Según su propia página web, el Ejército de Salvación nació en Londres en 1865 como una organización ultracristiana que recibían en su seno a personas “de las calles” que la Iglesia se negaba a incorporar. La organización llegó a la Argentina en 1890, estableciéndose en Constitución. Este diario pidió conocer los nombres de las personas vinculadas al Ejército en la compra de dólares, pero las identidades permanecen aún bajo secreto de sumario. Además, el objetivo de las investigaciones es otro: saber quién o quiénes utilizaban a estas personas como mano de obra para la compra de la divisa estadounidense, sobre todo teniendo en cuenta que datos preliminares de la causa a los que accedió Tiempo Argentino indican que entre 2007 y 2008 estos coleros compraron una suma superior a los U$S 10 millones.

La tarea de recopilación es ardua. Desde el inicio de las indagatorias, declararon ante Servini sólo 20 de los 800 involucrados, y otros 21 fueron llamados pero se manifestaron en estado de rebeldía. “El problema es que es gente tan humilde que es complejo buscarlos para ser indagados, y algunos tienen miedo”, aseguraron quienes manejan las bases de datos de los involucrados. Por razones procesales y como la denuncia apunta a supuestas maniobras de lavado de dinero, la justicia empezó a convocar a los coleros para que cuenten el vínculo con la organización que los mandaba a comprar y con las casas de cambio que les vendían. Así, se llegó a los nombres luego de que el Central empezara a desclasificar todas las transacciones que habían hecho entre 2007 y 2008 las casas de cambio apuntadas. Entre los empresarios de las entidades que vendían a coleros fueron citados Alfredo Piano, presidente del Banco Piano; Carlos Mateu, presidente de Cambio Perseo SA Bolsa y Turismo; Eduardo Dante Roig, de Antonio Di Giogio SAC y T; Hugo Paz, de Italtur SA; y Carlos Alberto Reynier, de París cambio, agencia de cambio y Turismo. El próximo 13 de diciembre será el turno de Piano, y el resto de las indagatorias se harán recién en febrero del 2012. Algunas de estas casas de cambio son las mismas que tuvieron irregularidades en los controles en la City que encararon hace más de un mes el Banco Central y la Unidad de Información Financiera (UIF). En este sentido, el Central es el encargado de terminar el informe sobre esas inspecciones, que podría sumar más datos a la causa de 2008. Según el relato de fuentes tribunalicias, la jueza Servini escuchó declaraciones de diferente tenor: algunos de los consultados expresaban que “compraron con plata propia”, y otros decían que “nos daban plata, comprábamos dólares y nos pagaban entre $ 10 y $ 50 de comisión”. Ninguno se animó –quizás por propio desconocimiento y miedo a represalias– a denunciar conexiones con una organización. Sin embargo, hubo un caso paradigmático: uno de los indagados había señalado en su declaración cierta vinculación con una de las casas de cambio, pero el declarante falleció de cáncer tiempo después. ¿Cómo funcionaba el sistema de captación de coleros? Expertos en control de lavado de activos de la UIF que conduce José Sbatella explicaron que, por lo general, hay un reclutador de personas con necesidades básicas dispuestas a cobrar un dinero mínimo por poner su DNI para comprar dólares. La operatoria más común previa a los controles mostraba a los reclutadores reunidos, con total impunidad, al frente de las casas de cambio de la calle San Martín y allí mismo repartían los pesos a cambiar entre coleros. Los esperaban, tomaban los dólares, pagaban una comisión mínima y se llevaban la moneda extranjera. En principio, trascendió que se habrían realizado, a nivel individual, operaciones por más de $ 30 mil sin que se registrara el nombre del verdadero comprador de las divisas.

Fuente: Tiempo Argentino