ECONOMÍA
La mitad de pérdidas de reservas del BCRA en enero fue por pagar deuda de energía
Por lo menos la mitad de la caída de reservas que sufrió en lo que va del mes el Banco Central (la merma ya supera los u$s 2.000 millones en enero) se explica por facturas de energía impagas que vienen de 2013. Según trascendió, muchos pagos fueron postergados en el segundo semestre del año pasado, pero habrá que enfrentarlos inexorablemente en el primer trimestre. En enero la cifra supera los u$s 1.000 millones, que salieron directamente de las reservas. Para febrero y marzo la cifra se repite, por lo que también tendría un fuerte impacto en el stock del Central.
De esta forma, el comportamiento de las reservas se volvió casi autónomo de lo que pueda resolver el Central en relación con el tipo de cambio oficial. Básicamente porque resulta inviable seguir tirando para adelante los vencimientos. El tema ya generó varias conversaciones entre el titular de YPF, Miguel Galuccio, y el presidente del Central, Juan Carlos Fábrega. Sin embargo, el peligro es que en caso de nuevos retrasos los bancos le corten a la petrolera las líneas de crédito que hoy están activas.
Para compensar estos pagos obligados de importaciones de energía, más todos los que se van a sumar en 2014 (se estima un déficit cercano a los u$s 9.000 millones), todo hace prever que se seguirán pisando las importaciones del resto de los sectores.
Claro que al tiempo que crecen los pagos de importaciones, el Central espera incentivar la venta de dólares con el tipo de cambio a $ 8. "Según nuestros cálculos, el tipo de cambio volvió a niveles de 2006-2007", aseguran en la autoridad monetaria. Para impulsar las ventas de lo que retuvieron los productores agropecuarios en los últimos meses, se buscará mantener el precio del dólar oficial fijo durante un plazo. El objetivo es que no se reiteren las especulaciones sobre una mayor devaluación, como sucedía con los aumentos diarios y predecibles del dólar a lo largo de 2012 y 2013.
Allí se está produciendo la verdadera pulseada. Se trata por un lado de promover las ventas de lo que aún no fue liquidado, pero al mismo tiempo de contar con un tipo de cambio más favorable para el momento de la liquidación de la cosecha gruesa, a partir de abril.
Mientras tanto, la caída de reservas seguirá generando incertidumbre e impactando negativamente sobre las expectativas.
Fuente: Ámbito.com