Los mercados no repuntan en Europa

Las principales bolsas asiáticas cerraron hoy con un retroceso generalizado y pasaron el testigo a las europeas que también abrieron con pérdidas, completando así la carrera que comenzó ayer con la caída de Wall Street.

Las principales plazas europeas muestran bajas moderadas para los tiempos que corren, con Londres cayendo un 2,16%; París, un 2,56% y Fráncfort, 2,35%. La bolsa madrileña también operaba con un repliegue, de 2,70%, en las primeras operaciones.

La gran preocupación por la salud de numerosas grandes empresas afectadas por la crisis económica y financiera mundial afectó tanto a las aperturas en Europa como a los cierres de Asia, donde Shanghai, que ayer había ganado 7,27%, cerró con una caída de 1,66% y Tokio perdió 3%, a diferencia del 5,81% ganado en la última sesión.

Según los corredores, el optimismo suscitado el día anterior por el plan de 579.078 millones de dólares de reactivación económica en China se disolvió en la preocupación suscitada por empresas como el gigante automovilístico General Motors (GM), al borde de la quiebra, la aseguradora AIG o la firma de electrónica estadounidense Circuit City que quebró ayer.

El resto de plazas asiáticas marcaron el paso de la tendencia bajista con Seúl que perdió 2,1%, Taipei, 2,15%; Sídney, un 3,6%, Nueva Zelanda, un 2,35% y Hong Kong otro 4,8%.

La inyección de capital del gobierno norteamericano en las empresas financieras "es una medida a medias", comentó Kazuhiro Takahashi, analista de Daiwa Securities SMBC, según el cual los mercados esperan medidas de reactivación para estimular la economía real.

El plan de relanzamiento chino "tuvo un efecto de corto plazo. Los mercados que se dispararon ante la noticia van a corregirse", comentó un corredor de la bolsa de Singapur, citado por el Dow Jones Newswires.

La bolsa de Nueva York cerró en baja ayer, con el Dow Jones perdiendo un 0,82% y el Nasdaq un 1,861% y con el mercado lastrado por un incremento del temor por el futuro de las empresas estadounidenses, con General Motors a la cabeza, que se despeñó un 23% para recaer en el nivel que tenía inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial.

Los inversores temen que los accionistas de GM se queden a la intemperie en caso de quiebra, aún si el gobierno rescatase al gigante automovilístico. "Estamos reduciendo nuestra previsión para los valores de GM a cero dólares", señaló ayer un informe de la Deutsche Bank.

"Incluso si GM lograse evitar la quiebra, creemos que su futuro no será muy diferente de una bancarrota". "Creemos que los acreedores asegurados de la GM podrían recuperar su dinero, pero los demás cobrarían muy poco. Y los accionistas, casi nada", según el sombrío pronostico de la Deutsche Bank. (LA NACIÓN)