INTERNACIONAL
Los negocios privados ya emplean en Cuba al 9 por ciento de la población activa
La apertura económica vigente desde hace tres años en la gran isla del Caribe activó la mentalidad capitalista en los nuevos gestores de cafeterías, restaurantes, pizzerías, tiendas de artesanía, peluquerías o gimnasios que han contratado a 450.000 cubanos, en torno al 9% de la población activa, en 200 categorías de gestión privada como agencias inmobiliarias, sastrerías, carpinterías y estudios de fotografía.
De cualquier modo, no todos los nuevos negocios han prosperado y fueron miles los que han tenido que cerrar porque abrieron con más entusiasmo que estudios previos sobre su idoneidad y porque la capacidad adquisitiva de la clientela es muy limitada: el grueso de los 11 millones de cubanos recibe su salario en pesos, un media de 500 mensuales (al cambio unos 25 euros) y los emprendedores orientan casi todos sus negocios hacia el compatriota con divisas. Mientras la dualidad monetaria y la circulación de dos monedas no se solucione la vida de los asalariados en pesos será siendo dura.
El objetivo del Estado es lograr ubicar al medio millón de trabajadores de empresas ruinosas que perdieron su puesto en el pasado reciente ya que el gobierno de Raúl Castro todavía emplea a cuatro de los cinco millones de cubanos laboralmente activos. Una segunda meta es reducir el gasto de las compras en alimentos porque el país importa el 60% de lo que consume: cerca de 1.800 millones de euros anuales. El castrismo permite el moderado enriquecimiento de quienes se aventuran con dinero propio, los menos, o prestado por los dos millones de familiares en Estados Unidos, España y otros países. Sus envíos a la isla suman 2000 millones de euros anuales. Sin subsidios, son 200 las pymes estatales que fueron reconvertidas en cooperativas el pasado año y que consolidaron la recaudación fiscal para aumentar su contribución a los presupuestos generales en un 18%, aunque sólo representan el 2% del total.
Al cierre del 2013, cerca de 2.000 restaurantes funcionaban con pagos en CUC, la moneda fuerte, equivalente al dólar, y se alquilaban 7.250 habitaciones en hoteles. Aunque sólo la diáspora y los nacionales con divisas pueden comprar pisos, automóviles y financiar los emprendimientos que exigen miles de euros de inversión, el resto de los compatriotas puede optar a los créditos ofrecidos por el Banco Central de Cuba. Por ahora, sólo los pidieron 550 emprendedores.
Al haber asumido Cuba los mecanismos de mercado en su embrión capitalista, asumió también los daños colaterales: las emergentes desigualdades sociales, las tercerías mafiosas durante los cambios de titularidad de pisos y vehículos, y los contratos falsos sobre cuantía y concepto de las transacciones para evadir impuestos.
Fuente: Diario BAE