ECONOMÍA
Por devaluación el Gobierno tendrá que pagar un 45 por ciento más por importar energía
La fuerte devaluación que convalidó el Gobierno encarecerá el costo que deberá pagar por la energía que importa ante la falta de oferta local. Según proyecciones privadas, el reciente salto del dólar elevará en un 45% el valor de las compras externas de gas y petróleo que deberá desembolsar el Estado en 2014 respecto de lo registrado el año pasado. El porcentaje surge de calcular el monto total que afrontó en 2013 (según estimaciones privadas totalizó en u$s 13.000 millones) por la cotización promedio del tipo de cambio oficial durante ese año que se ubicó en los $ 5,48 y la diferencia que nace del precio del dólar actual, que al cierre de ayer era de $ 8,01 –suponiendo un gasto constante en importaciones–-. Vale aclarar, no obstante, que de ese total de importaciones, hay un porcentaje que corresponde a compras de empresas privadas, aunque el grueso –cerca de un 70%– son del Gobierno, a través de las compras de Enarsa y Cammesa.
Según los expertos consultados, un dólar más alto golpea muchas áreas del negocio electroenergético, al tener costos dolarizados. Un informe que circula por el sector señala que “la pérdida de valor medido en dólares produce fuertes pérdidas variables a los refinadores, que adquieren el petróleo en dólares la tipo de cambio oficial. En particular, la empresa más afectada es YPF que mantiene un 57,2% y 57,5% del mercado de gas oil grado 2 y premium, y un 54,3% y 58,7% del mercado de nafta super y premium, respectivamente”. Pero, tal como adelantó este medio en su edición de ayer, la orden del Gobierno al presidente de la petrolera estatal, Miguel Galuccio, fue la de no trasladar a precios la devaluación.
Subsidios
Si la política oficial apuntará a seguir manteniendo un esquema de tarifas congeladas como el que sostuvo en la última década, un mayor costo en la importación de combustibles tendrá su espejo en el volumen de subsidios que el Estado destina para que los hogares paguen barata la energía que consumen. Este correlato pone en aprietos al gabinete económico de Cristina Kirchner, que se esfuerza a diario por demostrar públicamente que la devaluación no se traducirá a precios, pero que no le queda demasiado margen para seguir incrementando los subsidios.
Un informe de Federico Muñoz&Asociados advierte que “la devaluación agrava aún más el panorama fiscal. Con la presión tributaria en un nivel insoportable, no hay otra alternativa que un recorte sensible del gasto. Por ello, el retiro de subsidios es hoy más pertinente que nunca. Si se aspira a evitar una espiral nominal descontrolada, el fisco tendrá que trasladar a los usuarios el costo de la energía importada, precisamente cuando ésta se encarece sensiblemente por cortesía de la devaluación”. El año pasado, los subsidios al sector costaron cerca de $ 80.000 millones.
Las proyecciones de analistas para 2014 apuntaban importaciones energéticas por al menos u$s 14.000 millones. Sin embargo, la devaluación podría disparar otro escenario. “Un dólar más alto podría repercutir en la parálisis económica. Si la economía entra en recesión con inflación puede determinar una caída del PBI”, reflexiona Daniel Montamat, ex secretario de Energía. El especialista señaló que bajo ese contexto “es posible que la demanda de energía baje por lo que las importaciones para atenderla también podrían descender”, aunque aclara que “todavía es prematuro reajustar las cuentas”. Con él coincide Ramiro Catiñeira, economista de Econométrica, quien en su último informe proyecta una caída del 1,4% para el crecimiento. “En un contexto recesivo quizás las importaciones sean menores”, analizó.
Fuente: Cronista.com