AGRO
Productores agropecuarios agregan valor y logran incrementan exportaciones
Una de las formas en que Argentina deje de ser un país agroexportador es avanzar en los eslabones de la cadena productiva desde del agregado de valor. Este es el caso de 23 grupos de pequeños y medianos productores que lograron diversificar su materia prima. Esto les permitió no sólo mejorar sus ingresos sino comercializar sus productos en el exterior.
Argentina se destaca en el mundo por ser un gran productor de commodities. El objetivo al 2020 es alcanzar las 150.000 toneladas. Pero esto debe desarrollarse de manera inclusiva y equitativa generando valor en origen y por ende mayor empleo. Ambos harán que el país sea más competitivo en todos sus aspectos.
Esto es lo que entendieron distintos productores primarios y que hoy se puede decir son pequeños empresarios. En pocas palabras, pudieron romper la barrera del individualismo logrando una ventaja potencial sobre otros modelos productivos a través de la unión. Los ejemplos son muchos y abarcan la región: NOA, NEA, Cuyo, Pampeana y Patagonia.
Uno de ellos es BIO4, como sus siglas bien lo dice, se trata de una planta de etanol constituida por 23 productores de maíz oriundos de Río Cuarto, Córdoba.
Sus fundadores se dieron cuenta de que parte de su materia prima era exportada como tal y otra transformada en biocombustible. Ahora son parte de todo el eslabón
Para su gerente general, Manuel Ron, “el crecimiento en la escala hizo que se triplique la facturación de cada asociado y trabajamos para empezar a exportar”.
También esta el caso de Amylum, conformada por 10 productores de sorgo, que hoy dejaron de enviarlo como grano y exportan sus derivados de harina y almidón a Brasil, Bolivia, Perú y China.
Ya un informe del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), señaló que de cada $100 que genera la cadena de agroalimentos hasta llegar a la góndola, el 30% lo recibe el productor, 35% la agroindustrialización y el restante queda en manos de la cadena de comercialización.
Por ello es importante que el productor participe en toda las etapas, desde la producción primaria hasta la góndola; es decir, en el 100% de la cadena agroalimentaria.
Esto es lo que vio la Asociación Aimoarauco integrada por 10 productores olivícolas de Arauco, departamento de La Rioja; los cuales vendían a granel su producción a distintas industrias y hoy lo hacen en forma conjunta logrando no sólo duplicar sus ingresos sino también “tener un trato más respetable”, remarcó José Ángel Romero, uno de los socios. La pequeña empresa pronto pasará a fraccionar sus aceitunas para promocionar una marca y llevarla a la góndola.
Otro modelo a seguir está en la Patagonia Norte, donde el Grupo Trafen agrupa a siete productores vitivinícolas que tiempo atrás vendían sus uvas a las bodegas para vinificarlas. Hoy, el mismo está en sus manos subiendo un escalón en la cadena comercial. Esta más que claro que los productores deben unirse para ser parte de la gran cadena de alimentos. Ésa es la opción. El asociativismo puede ser una de las herramientas para crecer con más valor.
Los 23 modelos productivos resignaron el individualismo y supieron delegar su trabajo en pos de un futuro mejor.
Francia, España, Italia, Alemania, entre otros, ya comenzaron a avanzar en la cadena de valor. Países que hoy son formadores de precios gracias al alto procesamiento de alimentos elaborados sobre la base de productos del sector agropecuario. Hacia ahí debe ir el campo argentino y es el productor el que tiene todas las herramientas para lograrlo. De él depende.
Crecimiento del empleo
El agregado de valor y generación de empleo indican que la producción de soja genera hoy en Argentina un puesto de trabajo cada 100 hectáreas, mientras que el promedio de la producciones primarias de proteína vegetal transformada en proteína animal (carne bovina, leche, cerdo, pollo) permiten nueve puestos de trabajo cada 100 hectáreas.
Cada 10.000 toneladas de grano en la producción primaria se generan 15 puestos de trabajo, en cambio si se participa de toda la cadena se genera hasta 553 puestos en la cadena del trigo desde la producción primaria hasta la industria, 715 en la cadena porcina desde la producción primaria hasta la industria y 668 empleos en la cadena láctea desde la producción primaria hasta la industria.
El Proyecto Eficiencia de Cosecha y Postcosecha de Granos (Precop) del INTA, determinó que el país exporta el 67% del maíz como grano mientras que en EE.UU. es solamente el 16%, el resto (nada menos que 277 millones de toneladas) lo industrializa. Es decir, 110 millones que se convierten en: etanol, bioplásticos, bioproductos y otros productos de la molienda seca y húmeda.
Fuente: BAE