Ven el aumento de la ciruculación de billetes de 100 pesos como un indicador clave de inflación

Una nueva demostración del fenómeno la da la creciente circulación de los billetes de $ 100, los de mayor denominación de la moneda nacional, aunque de una utilidad cada vez menor. Mientras que a fines de marzo de 2004 y 2005 el stock representaba el 35% del total del papel moneda en circulación, cinco años después, el último dato del BCRA (de fines de marzo) permite comprobar que supera el 46 por ciento. Es decir, creció en más de once puntos porcentuales durante ese lapso.

El desplazamiento de la oferta monetaria hacia los billetes de mayor denominación es una consecuencia natural de la aceleración inflacionaria. No casualmente ese proceso tomó mayor dinamismo a partir de 2007, el año en el que el Gobierno optó por cambiar el criterio de medición de los precios en un intento de disimular la magnitud de los aumentos.

Los datos oficiales muestran que, en el último año, el Central puso en circulación 293,5 millones de nuevos billetes: 174,3 millones correspondieron a papeles de $ 100. Es decir, 6 de cada 10 billetes que salieron a la calle correspondieron a la mayor denominación posible. En el mismo período, la denominación de billetes de $ 20 cayó de 85,2 a 57,6 millones y la de los de $ 50 descendió de 97,7 a 94,4 millones de unidades.

Los especialistas coinciden en diagnosticar que esta conducta refleja la tendencia de la demanda de moneda. Jorge Avila sostuvo que la mayor emisión de billetes de mayor denominación "es consecuencia del aumento del nivel de precios". El economista juzgó además que ese fenómeno se acelera porque la reactivación de la economía favoreció el traslado a precios de la depreciación del 28% que el peso mostró frente al dólar de mediados de 2008 a la fecha, cuando el billete pasó de poco más de $ 3 a los $ 3,89 de la actualidad. "El año pasado no lo pudieron hacer por la recesión, por eso llega ahora", apuntó Avila antes de señalar que está subiendo la velocidad de rotación de los pesos. "Actualmente, cada peso cambia de manos un promedio de 13 veces en un año cuando el promedio de circulación de dinero se ubicaba entre 8 y 9 veces", recordó

"La emisión de billetes grandes responde a la aceleración inflacionaria", sostuvo Nicolás Bridger, de Prefinex. "Los que tienen que hacer pagos en efectivo prefieren tener cada vez más este tipo de billetes".

Para su colega Ricardo Delgado, de Analytica, "el aumento en la denominación de los billetes en circulación y la escasez de cambio son un clásico de los procesos inflacionarios. No hay que perder de vista que, en los últimos cinco años, el billete de $100 se desvalorizó un 50 por ciento".

El economista Roberto Frenkel consideró que "el billete de $100 es cada vez menos grande" y que una parte de la mayor demanda que el BCRA está convalidando responde a una particularidad argentina: "La preferencia por el efectivo para negrear operaciones o eludir el impuesto al cheque".

El Banco Central no tiene bajo estudio la posible emisión de billetes de mayor denominación, según afirmaron desde la entidad ante una consulta. Esa posibilidad está vedada para no alentar las expectativas inflacionarias ni reeditar experiencias traumáticas para los argentinos, dijeron. Los economistas en general coinciden en esta prevención, aunque con reparos. "Descreo que la creación de billetes de 200 o 500 pesos pudiera tener impacto significativo en esas expectativas, aunque reconozco que a veces las reacciones populares no responden a los cánones de la racionalidad del homo economicus", admitió el economista Nicolás Bridger.

(LA NACIÓN)