Cristina ofreció a Macri aval para que la Ciudad tome créditos

Visiones, ideologías y posturas distintas. Solo con algunos acuerdos y buen clima, transcurrió ayer la reunión entre la presidenta Cristina Kirchner y los tres gobernadores enfrentados con el Gobierno: Mauricio Macri (Ciudad de Buenos Aires), Mario Das Neves (Chubut) y Alberto Rodríguez Saá (San Luis).

Hubo una coincidencia: en ninguno de los casos pudieron acordar la deuda entre la Nación y las provincias. El que sí logró, al menos un avance inesperado, fue Macri, quien se llevó de la Rosada el aval para gestionar un crédito del BID y del Banco Mundial para financiar programas porteños, entre ellos la entrega de una computadora para cada alumno de la escuela primaria. Aunque no se mencionó si se habló que entre estos proyecto puedan estar la financiación de la extensión de las redes de subterráneos, ya que la falta de créditos del exterior siempre fue uno de los argumentos de la gestión porteña ante la dilatación de estas obras.

Después de presentar una línea de créditos hipotecarios en la sede del Banco Nación, la Presidenta cruzó nuevamente a la Casa de Gobierno, donde esperó a los gobernadores para compartir un almuerzo, en el que también estuvieron el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; y los ministros del Interior, Florencio Randazzo, y de Economía, Amado Boudou.

El hecho de que el encuentro sea en la Rosada, y no en la residencia de Olivos que los Kirchner tratan de preservar y abrir para los más allegados, fue otro gesto que marca las distancia políticas con estos mandatarios. Un dato no menor es que Cristina armó tres grupos de acuerdo a la afinidad y cercanía política. Fue así que primero pasaron por la residencia de Olivos 17 de los mandatarios K, entre los del PJ y UCR aliados; una semana más tarde los siguieron cuatro extrapartidarios aunque también alineados y finalmente ayer le tocó en la Rosada al trío más opositor.

Randazzo destacó el buen clima y coordialidad que hubo en el encuentro y admitió que debido a la crisis mundial del año pasado “hubo retrasos en algunas obras en las provincias para mantener el nivel de actividad y empleo a nivel nacional”.

Quien se fue más descontento, y no lo disimuló, fue el puntano. “Entré con la provincia discriminada y salí con la provincia discriminada”, refunfuñó a la salida Rodríguez Saá.

Más tarde y a través de un comunicado, el mandatario de San Luis dejó en claro que le reclamó a la Presidenta una deuda por 4 mil millones de pesos y se quejó por el “destrato” de la Rosada con la provincia.

En cambio para Das Neves fue una de cal y otra de area. El chubutense por un lado elogió la posibilidad de impulsar un Fondo de Equidad Social como una alternativa para modificar la actual ley de Coparticipación Federal. Se trata de un proyecto que promueven algunos de los gobernadores más kirchneristas, entre ellos el chaqueño Jorge Capitanich y el salteño Juan Manuel Urtubey, y el que fue analizado en el primer asado entre gobernadores y CFK. Para Das Neves, ese plan es una forma de apoyar “las zonas más rezagadas del país”.

En contra, el chubutense le dejó a la Presidenta una carpeta en la que se detalla la deuda que la Nación tiene con su provincia y que asciende, según el mandatario, a 338 millones de pesos. Ahí el chubutense dejó una carta en la que recalcó que el reparto “no debería existir ya que la administración de los fondos nacionales no puede regirse por amiguismos”.

Sin dejar de reconocer sus diferencias, Macri se retiró de la Rosada con el aval presidencial para gestionar los créditos, pero no obtuvo respuesta cuando pidió por la autonomía de la justicia y la policía, ni tampoco cuando reclamó la deuda, ya que Randazzo le recordó que la Ciudad debe 4.132 millones de pesos en materia previsional y otros 2.000 millones para la cuenca Riachuelo. (EL CRONISTA)