El Banco Central toma medidas para garantizar efectivo y evitar el caos en los cajeros

A partir de este lunes habrá un nuevo esquema para el pago en bancos de jubilaciones y asignaciones, a raíz del caos inocultable en entidades que hubo la semana pasada por la concentración de fechas de cobro de prestaciones y sobre todo, que entre 300.000 y 400.000 personas no poseen tarjetas.

La mecánica que implementó el Banco Nación y que también ya poseen entidades privadas es enviar a teléfonos de beneficiarios una clave para el uso de cajeros automáticos sin tarjeta, sobre la base de su DNI. Así lo consignaron fuentes del gobierno y el BCRA a BAE Negocios. De esta manera, las personas podrán retirar el efectivo.

En ese marco, en el Gobierno hay malestar con los bancos, tanto públicos como privados, por las aglomeraciones que se observaron el viernes en medio de la pandemia. Consideran que no hicieron lo suficiente, y ante ese escenario reforzarán los Punto Efectivo, que permite la extracción de dinero sin tarjeta.

Desde el BCRA consideran que las aglomeraciones respondieron a que "se quiso pagar todo de golpe". Las críticas giran en torno a la gran cantidad de sucursales cerradas y la falta de personal que permita orientar a los miembros de la tercera edad en la utilización de cajeros, punto que al cierre de esta edición se estaba negociando con el gremio del sector.

"Si los propios bancos no se responsabilizan por el funcionamiento de los cajeros automáticos, estuvimos y vamos a estar complicados", reflexionó la fuente. A eso se le suma que los cajeros instalados en diversas zonas en la mayoría de los casos son antiguos, sin mantenimiento ni reparación y que es habitual que de los instalados funcionen "la mitad o uno sólo". Por ejemplo, en González Catán existen 4 bancos con 4 cajeros cada uno para nada menos que 120.000 personas.

La intensidad de la demanda de billetes llegó a tal punto que la provisión de efectivo arribó en la urgencia desde el dinero que cuentan las estaciones de servicio de la petrolera estatal y las privadas, en forma paulatina pero dinámica.

Algunos de esos comercios pudieron depositar en el Banco Nación en tanto que el hipermercado de capitales franceses por una de las vías, haciendo que los billetes que no toman los bancos se acredite en favor de los clientes que los depositan. Todo como resultado de haber dejado librada la carga de los cajeros a las empresas de caudales, que al no alcanzar ante el constante retiro, se debió echar mano a al efectivo de la caja fuerte de las sucursales.

"Es una barbaridad que ni siquiera los bancos hayan decidido poner fuera de las sucursales, a una o dos personas del personal de seguridad para indicarle a la gente que con su tarjeta de débito podía pagar en supermercados u otros comercios los productos que necesitare", lamentaron las fuentes.

La historia tiene final conocido pero que conviene recordar: el público terminó haciendo tres horas para retirar efectivo, dos más para entrar al supermercado y dos para salir. Cuando en realidad el trámite completo no debe demandar más de 60 minutos.

Fuente: Diraio BAE