El Gobierno podría intervenir para evitar desabastecimineto de naftas

El Gobierno decidió meterse de lleno en la guerra que se desató entre las petroleras a raíz de la escasez de naftas. Tomó como propios los argumentos de YPF, atacó con dureza a Shell y a Petrobras, y prometió "intervenir" para reforzar la refinación de combustibles en el país.

En declaraciones formuladas en París, donde participó de la Conferencia Mundial de Acceso a la Energía Nuclear, el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, sostuvo que "las petroleras Shell y Petrobras retacean la refinación de petróleo para desabastecer al mercado y obligar a YPF a subir sus precios". Según un comunicado distribuido por su ministerio, De Vido las acusó de generar "una campaña mediática tendiente a crear incertidumbre entre los usuarios, que ante la alerta de faltantes acuden masivamente a las estaciones de servicio y se ocasionan mayores complicaciones".

El ministro dijo que esas dos empresas decidieron refinar menos petróleo para causar "este escenario de desabastecimiento". También las acusó de tener una actitud "irresponsable" (en el caso de Petrobras, agregó "poca ética") y de estar "cartelizadas" para perder participación en el mercado "en manos de YPF", a la que le atribuyó la condición de fijar "un precio testigo en el mercado".

"Por eso el Estado va a intervenir para que estas refinadoras utilicen sus instalaciones a máxima capacidad", dijo De Vido, y no descartó limitar las exportaciones de combustibles.

Video: ya se siente el desabastecimiento en estaciones de servicio

Anteayer, YPF había denunciado que sus tres competidoras (agregó a Esso) eran las responsables de producir menos naftas y provocar los frecuentes quiebres de stock y colas que afectan a las estaciones que operan bajo su marca. Esso y Shell informaron entonces que durante el primer bimestre sus ventas crecieron por encima de la demanda promedio.

Ayer, el Gobierno avanzó en otros dos frentes. Por un lado, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, ordenó de forma repentina a algunos de los inspectores que estaban verificando el funcionamiento de los feedlots en el interior que se trasladaran a la Capital para recorrer las estaciones de servicio y corroborar el nivel de ventas y de stock en los tanques. LA NACION confirmó que hubo inspecciones en estaciones de Shell y Esso (sin que se registraran anomalías), aunque en los días previos la mayoría de las quejas por faltantes provinieron de estacioneros y clientes de YPF.

Por el otro, Roberto Baratta, número dos de De Vido, llamó al embajador de Brasil, Enio Cordeiro, para expresar la preocupación por la actitud de Petrobras. El diplomático se comunicó entonces con el director ejecutivo de la petrolera en la Argentina, Carlos Alberto Costa, y le transmitió la necesidad de "ayudar" en consideración a "la relación bilateral", relataron fuentes informadas. El ejecutivo respondió que si bien su nivel de producción era el normal, Petrobras había decidido aumentar el nivel de refino "al máximo posible".

Mientras Petrobras guardó silencio público, el presidente de Shell, Juan José Aranguren, hizo honor a su costumbre de responder a los ataques oficiales. "Desmentimos terminantemente que participemos de una conducta cartelizante", dijo, y reiteró que su empresa vendió 8,3% más naftas en el primer bimestre y que durante febrero su refinería operó al 94% de su capacidad instalada, "la máxima carga que le permite la oferta de petróleo crudo local disponible, especialmente en su variedad liviana". Explicó que hoy la Argentina exporta crudo pesado, pero que refinerías como las de Shell necesitan la variedad liviana, de la que no hay suficiente producción.

Aranguren aludió -sin mencionarla- a YPF cuando dijo desconocer "la existencia de una compañía a la que se le adjudique, por la naturaleza de su composición accionaria, el rol de establecer precios testigos en el mercado". La "composición accionaria" de YPF corresponde en un 85% a la española Repsol y en un 15% al grupo Eskenazi, que tiene una larga relación con el ex presidente Néstor Kirchner desde que ganó la privatización del Banco de Santa Cruz.

Las inspecciones de Moreno fueron confirmadas por un cable de la agencia oficial Télam, que citó a una fuente gubernamental que sugirió que se podría obligar a las refinadoras a destilar petróleo a nombre de terceros.

Según el director de Asuntos Públicos de Esso, Tomás Hess, en los últimos cinco años se duplicó la demanda de naftas súper y premium. "Las refinerías han tenido que acompañar ese incremento en la demanda más sofisticada aumentando la producción", dijo, y recordó que el año pasado Esso debió importar 30.000 m3 de combustible.

Según datos oficiales, YPF ganó el año pasado participación en los mercados de naftas súper y premium y de gasoil. Petrobras perdió varios puntos en los tres mercados y Shell ganó en gasoil y premium, mientras que resignó en súper. Por este motivo, al menos dos fuentes de la industria especularon que las amenazas del Gobierno estuvieron principalmente destinadas a Petrobras, pero que sumaron a Shell (con quien tienen una larga historia de enfrentamientos) para no enfrentarse tan directamente con Brasil. (LA NACIÓN)