El fisco alemán busca evasores con datos robados

Si algo faltaba en la búsqueda de métodos antievasión el fisco alemán parace querer sentar precedentes. El gobierno germano se dispone a comprar, por 2,5 millones de euros, una lista con los nombres de 1.500 ciudadanos alemanes que evadieron impuestos llevándose sus fortunas a cuentas bancarias secretas en Suiza.

La lista la ofreció a Berlín un "informador anónimo". Según el diario Financial Times Deutschland se trataría del mismo hombre ­un informático ex empleado en Ginebra del banco británico HSBC­ que el año pasado vendió una lista similar a Francia donde aparecían hasta 3.000 adinerados ciudadanos franceses con cuentas secretas en el banco suizo HSBC Private Bank.

El caso lo destapó el pasado sábado el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung y fue confirmado por un portavoz del Ministerio alemán de Finanzas, quien dijo a varias agencias que "la decisión estaría en la línea de lo que ya se hizo en el caso de Liechtenstein", por el que Alemania consiguió en 2008 la repatriación de los dineros de varias grandes fortunas alemanas que lo habían refugiado en secreto en el pequeño principado fronterizo con Suiza.

Según la prensa alemana, la lista que Berlín va a comprar contendría entre 1.300 y 1.500 nombres y permitiría a la Hacienda alemana recuperar en torno a 100 millones de euros de impuestos evadidos. El gobierno alemán deberá ahora dar permiso a sus servicios secretos para contactar con el informante y pagarle a cambio de ese listado que debe haber puesto a temblar a muchas fortunas teutonas.

La misma jefa de gobierno, Angela Merkel, reconoció ayer que pagarán por la lista robada. "Si esos datos son relevantes, debemos conseguirlos", dijo en rueda de prensa en Berlín. Los servicios secretos y la Hacienda alemana estudian ahora la veracidad de los datos a partir de una pequeña parte que el informante ya envió.

Varios miembros de su partido criticaron que el Estado alemán negocie con "ladrones". Volker Kauder, jefe del grupo parlamentario del partido de Merkel dijo que "un robo es un robo. El Estado no debe tratar con ladrones". El ministro de Defensa, Karl-Theodor zu Guttenberg, dijo al diario suizo Neue Züriche Zeitung, que "personalmente" tiene discrepancias porque "los inspectores de Hacienda también tienen que cumplir la ley".

Merkel ­al parecer más cercana al maquiavelismo y su "el fin justifica los medios"­ ya "recibió más apoyo de la oposición política del Partido Socialdemócrata.

Su presidente, Sigmar Gabriel, dijo al diario Süddeutsche Zeitung: "No podemos dejar escapar a delincuentes, sólo porque han sido desenmascarados por otros delincuentes".

Suiza, por su parte, ha visto resquebrajarse en poco más de un año su sacrosanto secreto bancario. La Justicia estadounidense le exigió ­y consiguió­ listados con los ciudadanos estadounidense con cuentas bancarias secretas en el banco UBS. Meses después, Francia obtuvo otra lista con 3.000 nombres. Ahora es Alemania. Tres enemigos de peso que están desbaratando la discreción suiza que tantos beneficios económicos ha traído al pequeño país europeo.

Alemania ha dicho que desea gestionar el caso con las autoridades suizas, pero éstas criticaron ya que Berlín compre datos robados y dijeron esperar que el gobierno alemán no los use.

Alemania compró hace dos años, por cinco millones de euros, un cd robado en un banco de Liechtenstein. En aquella lista se encontraban grandes fortunas alemanas e incluso algunos nombres muy conocidos, como el de Klaus Zumwinkel, entonces directivo de Deutsche Post.(iECO)