Entre los jóvenes, dos de cada tres empleos son informales y no generan aportes laborales ni previsionales
Así lo señaló un estudio del Instituto para el Desarrollo Social de la Argentina (IDESA).
Destacó que "la marginalidad laboral y social de los jóvenes es un problema complejo que responde a carencias en sus hogares, educación de baja calidad y pertinencia, y una legislación laboral mal diseñada". "Bajo el discurso de generar normas que protegen a los trabajadores, en la práctica se montan poderosos mecanismos de discriminación contra los jóvenes", advirtió IDESA.
Señaló que "se trata de otro aspecto en donde hace falta una revisión legislativa profunda y con sentido innovador asumiendo como eje conceptual la idea de que la mejor forma de proteger a los jóvenes es multiplicando las posibilidades de conseguir rápidamente un empleo formal y de alta calidad". Según datos de la Encuesta Permanente de Hogares del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), para fines del año pasado, 25 por ciento de los jóvenes no trabajaba ni estudiaba.
Asimismo, 31 por ciento de los jóvenes sólo estudia; y 44 trabaja, de los cuales un tercio lo hace como asalariado formal en empresas privadas mientras que el resto declara estar no registrado.
"Los datos, aunque son muy generales, confirman las enormes dificultades que enfrentan los jóvenes", indicó IDESA.
Remarcó que "poco menos de un tercio de los jóvenes se dedica exclusivamente a estudiar, mientras que 1 de cada 4 ni estudia ni trabaja". "Semejante proporción se entiende cuando se observa que entre los que consiguen un empleo prevalecen las ocupaciones de muy baja calidad", concluyó el análisis.