La UOM advierte que el conflicto del acero condiciona el futuro industrial
Con un escenario preocupante en materia de producción y empleo, un sector clave de la industria nacional sigue acumulando conflictos que exponen un alto riesgo laboral para trabajadores y trabajadoras. En este contexto, la disputa entre la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y las contratistas de Ternium ingresó en una etapa de incertidumbre creciente, con tensiones para la representación gremial y los empresarios. Desde la seccional San Nicolás, la UOM calificó la situación como “el conflicto laboral más importante que se ha vivido en la Argentina”, en referencia a la pulseada con 50 contratistas de Ternium, parte del Grupo Techint.
El gremio liderado por Abel Furlán alertó que la falta de acuerdo pone en riesgo 7.000 empleos directos e indirectos en las localidades de Ramallo y San Nicolás, además de amenazar con detener la producción de dos millones de toneladas anuales de acero plano, esenciales para la industria nacional.
Fuentes de la UOM le remarcaron a BAE Negocios que, como en los años 90 con el cierre de Somisa, hoy la política oficial para este rubro industrial vuelve a encender señales de alarma y revive los fantasmas de la desindustrialización. La seccional San Nicolás, encabezada por Naldo Brunelli, denunció “desidia” e “indiferencia” de las empresas contratistas, señalando que las malas condiciones laborales, salariales y sanitarias incluso han derivado en la muerte de trabajadores. “Buscamos salarios justos y condiciones que nos permitan terminar la jornada vivos”, enfatizó Brunelli, también secretario adjunto de la conducción nacional.
La situación se agravó luego de que Ternium rechazara las negociaciones ante el Ministerio de Trabajo bonaerense, y la Secretaría de Trabajo de la Nación dictó una conciliación obligatoria, que la UOM considera inválida “por haberse agotado esa instancia en la provincia”. Incluso desde la cartera laboral provincial le remarcaron a este diario que habían instado a las partes a mantener instancias de diálogo, “priorizando la paz social” y comprometiendo su rol en esa mesa de negociaciones.
Para el sindicato, es una “crisis sin precedentes” que podría paralizar el acero argentino, afectando a los trabajadores, proveedores y a la cadena productiva.
“No cuentes lo que viste en los jardines…” El gremio resaltó además el rol de Ternium como “madre de industrias”, ya que su producción impacta desde los insumos básicos como el carbón y el mineral, hasta sectores derivados que dependen del acero. “El cese de la producción tendría un efecto dominó devastador”, advirtió Brunelli, reclamando al Grupo Techint una “recapacitación” y subrayando que la UOM siempre defendió el empleo y las instalaciones, aunque no está dispuesta a resignar el reclamo por condiciones dignas.
La magnitud del conflicto impacta en el PBI industrial por ser el acero un insumo clave de la construcción, la automotrices, la maquinaria agrícola y la industria naval. También representa un componente central de las exportaciones, lo que convierte a San Nicolás y Ramallo en polos estratégicos de la economía nacional. Un parate prolongado podría tener un efecto inmediato en la actividad de múltiples ramas productivas.
Mientras las negociaciones siguen estancadas, la conflictividad se trasladó a la planta General Savio. El lunes, unos 170 empleados de la firma Casius, dedicada a tareas de limpieza, fueron impedidos de ingresar a su turno. La empresa había intimado previamente a su personal tras la retención de tareas realizada el viernes en adhesión a una medida de fuerza. Al día siguiente, otros 50 trabajadores de Harsco, proveedora de chatarra para la acería, fueron rechazados en los accesos, primero en el turno de la noche y luego en el de la mañana.
En total, unos 220 operarios quedaron imposibilitados de ingresar, en un conflicto que afecta a cientos de familias de la región y a una de las principales plantas industriales del país. La UOM advirtió que, sin una solución urgente, la crisis podría redefinir el futuro de la producción de acero en la Argentina.
Fuente: Diario BAE