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La venta de libros creció 5% en el primer trimestre y el sector espera un buen 2010

La Feria del Libro estalla de gente y los libreros se entusiasman con la llegada de un "buen año". Si bien 2009 resultó mejor de lo esperado, los empresarios del sector necesitan recuperar las ventas que no se concretaron ese año atravesado por la crisis financiera internacional, la Gripe A y la incertidumbre mundial.

El vicepresidente de la Cámara Argentina de Papelerías, Librerías y Afines (CAPLA), Ezequiel Kramer, adelantó a Buenos Aires Económico que la venta de libros creció 5% en cantidades durante el primer trimestre del año respecto de igual período de 2009. En un marco de recuperación del mercado interno y de competitividad en mercados internacionales, Kramer confía que 2010 será "un buen año".

También adelantó que los libreros deberán ir evolucionando y preparándose para ofrecer formatos digitales "confiables y de buena calidad", y destacó que en la Argentina aún se sigue regalando libros para las fiestas importantes, como Navidad, Reyes y Fin de Año, entre otras.

"Si tomamos como momento de corte a la salida de la convertibilidad, podemos decir que la industria editorial ha mejorado", señaló Kramer, quien calificó a la llegada de la devaluación como un "punto de inflexión para esta etapa de recuperación".

Las librerías son el principal canal de comercialización que atiende la demanda interna de libros. Debido a que tras la convertibilidad "mejoró mucho el precio relativo del libro argentino, comenzó a ser competitivo tanto dentro del mercado interno como externo", explicó el vicepresidente de CAPLA. "El papel es el principal coste del libro y como acomodó sus precios en dólares de modo muy importante, la competitividad dejó de ser la de 2002", agregó.

Si bien el valor del libro medido en dólares resulta hoy más caro que en el 1 a 1, al crecer el mercado interno "el libro argentino sigue siendo aún "muchísimo más competitivo que en la convertibilidad". Es que, tras la devaluación, los libreros pudieron recuperar mercados que habían perdido; la industria gráfica mejoró la calidad de producción, y nacieron nuevas editoriales.

"Han surgido 15 a 20 editorial que están haciendo excelentes trabajos", remarcó Kramer, al tiempo que recordó que en la década del 90 "resultaba muy difícil abrir un nuevo negocio porque no era rentable". Mientras que durante la convertibilidad la oferta se dividía un 50% de libros importados y un 50% de nacionales, actualmente la situación "cambió y una muy alta parte de la oferta local que es de edición nacional", de la mano de las editoriales que "llevan adelante proyectos muy importantes", explicó el empresario.

Los libros y las crisis

Si bien Kramer destaca que "el año viene relativamente bien, con un crecimiento de ventas del 5% en unidades", no deja de reconocer que "el libro es material sensible a las crisis" porque "entra en la primer volteada de prescindibilidad" cuando surgen las restricciones económicas.

Kramer señaló que "el libro es un objeto que estuvo en crisis" y que "siempre tiene que enfrentarse con nuevos desafíos", aunque aclaró que "no todos tienen que ver con variables macroeconómicas". Ejemplo de ello es que mucho de lo que hoy se lee se hace a través de una pantalla de computadora. "Hoy leemos en una pantalla lo que otrora se hacía en papel, como por ejemplo el correo", describió el vicepresidente de CAPLA.

Si bien Kramer advierte que "no se sabe qué va a suceder con los otros soportes", anticipó que "por un buen rato vamos a tener negocio editorial en papel, lo que no quiere decir que no debamos ir evolucionando y preparándonos las librerías para ofrecer formato digital siempre que sea confiable y de buena calidad".

Una buena noticia es que "el libro sigue siendo elegido para regalos", fundamentalmente en Navidad, Año Nuevo y Reyes, entre otros festejos.

Aunque "quienes regalan libros no son lectores habituales", buscan "inculcar el hábito de la lectura y esto es bueno para todos", concluyó el vicepresidente de CAPLA.

(EL ARGENTINO)