Massa busca postergar vencimientos por el equivalente a u$s15.000 millones

El flamante ministro de Economía, Sergio Massa, tendrá este mes un gran desafío: el de convencer a los tenedores de letras y bonos del Tesoro en pesos por un equivalente a unos u$s15.600 millones, que vencen dentro de los próximos 90 días, de que posterguen sus aspiraciones de cobro hasta junio o julio de 2023. Según dijo el titular del Palacio de Hacienda, tendría ya el visto bueno del 60% de esos deudores, que coincide con el porcentaje de tenencia de los bancos públicos y agencias estatales, de acuerdo con cálculos privados. El 40% restante es puramente privado, constituido por bancos, fondos comunes de inversión, compañías de seguro y otros inversores menores.

Datos de la Secretaría de Finanzas indican que en agosto hay vencimientos por $546.992 millones; en septiembre por $1,07 billones y en octubre por otros $515.645 millones. La mitad de ellos figuran como intra estatales y la otra mitad como privados. Pero en rigor, estimaciones realizadas por operadores del mercado muestran que esas proporciones varían un poco porque una parte que figura como privada es en realidad pública.

En el mercado evalúan que de la proporción de deuda en manos privadas, el 50% (25%) es de los bancos y de ellos, el 12,5% son entidades financieras de carácter público, que se nuclean en la Asociación de Bancos Públicos y Privados de la República Argentina (ABAPPRA) que aseguran gran participación. Sumando entonces la deuda intra estatal y este grupo de entidades financieras el Ministerio de Economía ya asegura un 62,5% de renovación. Tendrían que convencer para que entren entonces a los Fondos Comunes de Inversión (que tienen el 9%), las compañías de seguro (8%), inversores off shore (3%) y corporativos y otros (8%).

Para ello, operadores consultados por Ámbito, dijeron que se requiere una oferta especial. Sostienen que actualmente los inversores tienen la posibilidad de estirar sus perfiles de vencimientos en los mercados secundarios, pero no lo están haciendo. La duda es por qué lo harían en el marco de un canje hecho desde el Gobierno.

Así, se especula que, si Sergio Massa pretende llevar el horizonte de compromisos para junio o julio del año próximo, tendría que proponer un bono dual que cubra a los inversores contra la inflación o una potencial devaluación, lo que pudiera ocurrir. En la última licitación de deuda el Tesoro pagó una tasa efectiva de 90% anual en el caso de letras a tasa fija, y tasa más un 2,5% en el caso de los títulos vinculados al dólar oficial.

En el mercado consideran que la relación que se ha ido estableciendo entre el Tesoro y los bancos está dejando de ser beneficiosa. Si el Estado llegara a reperfilar los vencimientos afectaría los balances de las entidades financieras, pero a estas, a su vez, no les convendría que el Estado tenga problemas para cumplir con sus compromisos.

Uno de los elementos que ven los analistas son las elecciones presidenciales del año entrante que juegan en contra de generar confianza para animar a los inversores a ampliar los plazos de exposición al riesgo Tesoro. La agencia de calificaciones crediticias Moody’s dijo en un comunicado que las medidas anunciadas por Massa “son moderadamente positivas”. Advierte que “en vista de la elevada volatilidad política en el país, Moody’s espera un escaso apoyo general a las políticas de austeridad antes de las elecciones presidenciales de 2023, lo cual seguirá debilitando la capacidad del país de cumplir con las metas del FMI, especialmente en materia fiscal”.

Sergio Chouza, economista de la consultora Sarandí, considera que el canje va a estar asegurado. Dice que el anuncio de Massa “mantiene el compromiso por no devaluar” por lo que “el cierre va a ser vía suba de tasa de interés”. “También anunció un canje voluntario de deuda de corto, con éxito garantizado a estas tasas”, opinó.

Paula Gándara, CIO de Adcap Asset Management, consideró que los anuncios de Massa “fueron en línea con lo esperado y van por el lado correcto”. “El ministro dio un discurso amigable hacia el mercado, pero faltan detalles específicos para convencer”, advirtió.

Los temores a un potencial reperfilamiento de deuda o una devaluación acortaron el horizonte de vencimientos en pesos generando una acumulación en los próximos meses. El efecto “pared” ahora se ha ido trasladando para febrero y marzo del año próximo cuando empiezan a incrementarse la cantidad de compromisos.

Fuente: Ambito