Muchos ejecutivos no pueden separar el trabajo de las vacaciones

A la mayoría de los ejecutivos les cuesta separar las vacaciones del trabajo, siempre dependiendo de las empresas, del tipo de negocio y de las personalidades. Hay personas que cuando están desconectadas tienen síndrome de abstinencia y otras que pueden decir que en ese momento estan descansando.

Según un estudio del Centro Standard Bank Conciliación Familia y Empresa (ConFyE), del IAE Business School, el 65% de los ejecutivos sigue pensando en sus problemas laborales fuera del horario de trabajo. “En las vacaciones, eso se multiplica –destaca Guillermo Fraile, director del ConFyE–. Cuando uno tiene la agenda libre y la tecnología disponible, usa el tiempo para trabajar. Para desconectar hay que poder organizar también las vacaciones con un buen inventario de proyectos. Actividades con los chicos, salir de camping, de pesca, buenos libros”. Según el especialista, el verdadero descanso no es “no hacer nada”, sino cambiar de actividad. “Hay que organizar las vacaciones como si fuera el día de trabajo. Aunque parezca esquemático, ayuda”, recomienda Fraile.

Si bien algunas compañías esperan disponibilidad 24 horas por siete, en otras hay más conciencia de la importancia del descanso. En el Banco Hipotecario, por ejemplo, prefieren no interrumpir las vacaciones de sus ejecutivos más allá de situaciones puntuales y realmente urgentes.

“A medida que avanza la tecnología el ejecutivo no se puede despegar del día a día. Observamos una adicción a la blackberry que no sólo se manifiesta en vacaciones, fines de semana o durante las noches sino también en las reuniones”, advierte Cristian Gorbea, gerente de Desarrollo Organizacional del banco. “Estamos propiciando que haya uso pero no abuso. Si estás todo el día conectado, en el mediano plazo el rendimiento es menor”, explica el directivo.

Pero no todos piensan que estar hiperconectados sea perjudicial. Para Eduardo Brunetti, presidente de la firma de coaching empresario Consultoría Integral Operativa (CIO), saber qué pasa le permite bajar su ansiedad. “Me produce menos estrés saber que si pasa algo me llaman o que puedo entrar un par de veces a mi correo”, dice Brunetti, que contestó la llamada de El Cronista pese a estar descansando en Pinamar. “Uno quiere saber qué pasa y el entorno sabe que te localiza fácilmente. Creo que esto ya no vuelve atrás. La teoría dice que lo mejor es un parate, pero no es tan así, hay que buscar un equilibrio”, resume.

Para los jóvenes y para las mujeres, descansar lejos de las demandas laborales parece una tarea más simple. “Los menores de 30 pueden cortar con todo. El 55% dice que no quiere llevar la misma vida que sus padres. Y la mujer se desconecta más fácil que el hombre. Ellas tienen más capacidad de organizar actividades con sus hijos porque es algo que añoran todo el año”, opina Fraile.(EL CRONISTA.COM)